¿Un modelo en la biblioteca? (Priv. Luka Zhivkov)

por Invitado Lun Nov 30, 2020 3:06 am

Su expresión ese día parecía solo estar espantando compañeros, a donde sea que caminara, le abrían el paso, intimidados. Y no era para menos, Lydia se encontraba de muy mal humor y su cara inevitablemente lo reflejaba abiertamente. Su mandíbula la apretaba con fuerza, su ceño estaba fruncido y su mirada parecía tener la fuerza de poder enterrar a alguien mil metros bajo tierra.

Caminaba incluso de forma rígida y brusca, la molestia palpable en ondas. Había logrado irse de casa para llevar una vida con más libertades e incluso para romper unas cuantas reglas y ahora ahí estaba... En la jodida biblioteca de la universidad, con sus libros de historia en el bolso para repasar la sesión de hoy.

Buscaba donde sentarse, todas las mesas aledañas estaban llenas de estudiantes y profesores por igual. Hasta que dio con un sitio libre cercano a la ventana, solo había un estudiante ahí con gran parte de la mesa llena. No importaba, solo necesitaba un pequeño lugar, finalmente solo iba a leer y hacer notas de los temas importantes, así es que no tenía problema con adaptarse a lo que estaba libre.

Dejó su bolso en la mesa de mala gana, sacando su cuaderno y libros dispuesta a estudiar, pero su atención se vio eclipsada por el chico llamativo de la mesa. Por estar haciendo su rabieta no lo había visto, pero tenía una ropa digna de pasarela y ahora que observaba con más atención, los libros que tenía desparramados eran sobre moda y diseños. —Que bonito.....— Apretó los labios en una fina línea fingiendo que no habló justo ahora, sin pensarlo comentó aquello, lo cual no tenía nada de malo pero tampoco quería quedar como chismosa.

por Invitado Jue Dic 03, 2020 6:27 am

—Realmente no lo entiendo, —algo que Luka mismo no soportaba era que le negaran algún diseño. Se enorgullecía de todo lo que podía crear, incluso él mismo usaba su ropa y pocas veces compraba algo en una tienda y, por mucho que fuese alguien sobresaliente incluso a palabras de sus profesores, todavía tenía cosas que aprender y mejorar. La reprimenda sólo lo había hecho fruncir el ceño y aguantarse el enfado, porque en parte sabía que tenía razón.

Para hacer un diseño siempre tenía que basarse en las telas, en lo que buscaba lograr y, a parte, en la facilidad de ponerse la misma y que no resultara estorbosa para el que la usara. Claro que uno podía hacer cosas estrafalarias y demostrar su creatividad, pero tampoco podían olvidar que alguien lo usaría y que una prenda que no resultara cómoda o agradable jamás serviría de mucho aun con un hermoso diseño. Así que, aguantándose las ganas de insultar hasta a su propio padre (cosa que no le molestaría hacer incluso de buen humor), se había sentado en la biblioteca para arreglar el diseño.

Sus cuadernos de dibujo estaban llenos de bocetos, el mismo vestido una y otra vez, con cosas agregadas o con menos accesorios. Sus dientes se ciñeron sobre su labio inferior y negó, borrando el escote. ¿Quizá algo que resaltara un poco mejor las clavículas o alguna tela con estrellas que ayudara a que el escote como tal no se viera tan amplio? ¿O es que debería sólo quitarlo y hacer algo un poco más normal? ¿Quizá un escote liso que permitiera usar mangas más abajo de los hombros? Estuvo a punto de suspirar cuando algo llamó su atención. Estaba tan metido en sus propios pensamientos y viendo sus libros de moda y diseños que ni siquiera se había dado cuenta que alguien se había sentado con él. Luka era así, demasiado centrado en su mundo, se la pasaba solo por mucho tiempo y, cuando alzó la mirada, sólo vio a una chica que casi parecía que quisiera que la tierra se la tragara.

... Bueno, él no le ve lo malo en decir que algo es bonito, pero una palabra tan sosa no era apta para usarla en sus diseños, claro está.

Claro que él mismo no quería ponerse a discutir.

—Un cumplido siempre será un cumplido, eso está claro, pero vamos. ¿Bonito? No me mato la cabeza para algo "bonito", —sus labios se movieron hasta formar una sonrisa algo burlona antes de él mismo soltar una risa baja. Si la chica ya estaba algo avergonzada por sus palabras, él mismo haría que el sentimiento empeorara.

Después de un gran disgusto, no pasaba nada por divertirse un poco.

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