Save That Sh*t [Brandon + quien se quiera sumar]

Por circunstancias personales acabó caminando por aquella calle estrepitosa. Era bastante tarde y evidentemente estaba perdida. Decidió buscar su ubicación en el celular pero tenía poca carga y esta simple acción llamó la atención de algunos delincuentes que estaban cerca.

"Señorita, que tiene allí? porque no lo enseña?" –¿Acá? Solo tengo mi celular, pero está viejo haha – Más o menos supo por donde iba la cosa, retrocedió un poco intentando guardar el teléfono en su cartera., pero otra voz masculina se escuchó tras ella. "Solo queremos que nos enseñes, no seas mala" Se giró un poco para mirar al delincuente, sosteniendo su celular con fuerza del puro nervio.

Para variar iba atrasado. Sabía el lugar al que debía ir, tenía la ubicación, es solo que se había quedado volando bajo justo antes de salir. Últimamente ocurría con mayor frecuencia. Tras el pleito que había tenido con Evan Floyd, se sentía constantemente preocupado de lo que podía pasar si se les descubría, y eso lo mantenía pensando en lugar de enfocarse en sus actividades.

Bajó del autobús, y lo primero que notó que afuera del restaurante no lo estaba esperando nadie. Rápidamente miró su celular encontrándose con el mensaje que decía que habían entrado. –Tsk....– Se quejó, guardando el teléfono en su bolsillo y acomodando ambas manos en estos. Esa breve acción le permitió encontrarse en el segundo justo cuando a una cuadra un grupo de personas comenzaba a intimidar a una chica. – Ahh~ – Se quejó,. y acto seguido caminó hacia ellos, deteniendo con la mano sobre el hombro al primer sujeto que estaba allí. –¿Disculpen? ¿Que quieren con mi novia? –Ladeó un poco la cabeza para intimidar a las personas con su altura y apariencia, algo que funcionaba la mayoría del tiempo por suerte.

Los hombres decidieron irse con las manos en alto, reagrupándose y avanzando. Mientras el relajaba su expresión. –Sigueme, quizás estén observando, puedes llamar a alguien desde el café –Extendió la mano algo avergonzado.

Estaba a punto de entregar su celular cuando un chico de piel oscura y cabello negro apareció entre todos. Se sintió intimidada enseguida, pero las palabras que dijo de pronto entre la verguenza que sintio, le hicieron un click. ¡Habia una razón! Ni siquiera pudo, o mas bien, alcanzó a decir algo cuando el chico ya había espantado a los gamberros. Estos ultimos retirandose en manada hacía otro lugar pero sin alejarse demasiado. quizás querian ver si era real.

– G-gracias... – Acomodó su cabello apenada. – Yo estaba muy asustada, no sabia de donde habían salido, de pronto POOM! Eran un montón de personas rodeandome, y ya creía que tendria que dar mi celular hasta que tu me ...s-salvaste. – Se quedó pegada mirandolo al terminar esa frase mientras sus mejillas se sonrojaban. ¿Este era su principe azul? ¿Cómo en los juegos otomes que jugaba? El chico rudo frente a ella. – AAH!! – agitó sus brazos escuchando su orden, y miró luego su mano y la de él ¿Que clase de shojo era este?

– S-SOY LARISSA ¿CUAL ES TU NOMBRE? – Tomó su mano, y caminó siguiendo sus pasos. – ¿Vas solo a ese café? ¡TE COMPRARÉ UNO! como recompensa ¿Me dejas? ¿Si? –

Lo primero que notó es que era muy ruidosa. Apenas la chica se dio cuenta que todo estaba bien no paró de hablar, también llegó a pensar que era bastante ingenua, es decir, ¿irse así de simple en un barrio peligroso con un tipo desconocido? Fácilmente esto podía ser algo pactado con la pandilla para ganar la confianza y luego meterla en un auto. En el Bronx era común este tipo de prácticas, así era más fácil robarle todo a la víctima y en el peor de los casos, abusar de ella.

–Soy Brandon Onfroy – Respondió a secas mientras abría la puerta de la cafetería, al estar adentro, soltó la mano de la joven y divisó a sus amigos entre las personas. Fue fácil porque era alto, pero no sabía que haría con la chica que tenía ahora con él. –¿Estás sola? – Se giró hacia ella y señaló luego a sus amigos. –Somos de la UEA, podemos tomar algo mientras esperas– No sabía que más decir, aprovecharse de que le comprara un café no le parecía justo.

Se acercó a la mesa. –YO – Exclamó extendiendo la mano para saludar a todos con un mini saludo de choque de puños. –Larissa – Señaló a la chica con el dedo pulgar. –La estaban asaltando a la vuelta – Se sentó al lado de Dani, haciendo espacio para la muchacha. –Que sitio elegiste –