I don't care, I love it [priv. Iván]

por Invitado Jue Jun 09, 2016 2:11 am

Las cosas se habían dado de la peor manera, aún no lograba recuperarse del todo cuando hablaba de ello con alguien, cuando lo recordaba o cuando simplemente caminaba por la playa. Había sido duro y no tenía la más remota idea de cómo salir de aquella amarga sensación. Trataría, como lo sugería la sociedad, de ahogar sus penas en alcohol. Y es que no era algo que normalmente hiciera o deseara hacer.

Suspiró profundamente cuando abrió la puerta de aquel bar underground. La música, el ambiente, todo era distinto, lúgubre y privado, a pesar de que las ventanas eran cristales. Las lámparas, sobre las mesas y sobre la barra de madera, eran vitrales coloridos que daban un aspecto bohemio.

Se sentó en la barra, mirando la carta. No sabía qué pedir, no sabía por donde empezar. Se quitó su amada chaqueta de cuero y la colocó en el respaldo de la silla alta donde se había sentado. Miró a su alrededor, en busca de alguien conocido, pero no lo halló. Eso era lo mejor. No quería dar explicaciones a personas que conocían toda su historia.

Volvió la vista a la carta y se topó con una grata sorpresa: vendían su cerveza rusa favorita. Era un buen comienzo para aquello que quería lograr, aun si era algo que había criticado toda su vida, sonaba lógico esta vez. Solicitó al camarero una botella de aquella cerveza, sin importarle el costo de ésta, esperando mientras golpeaba la madera con los dedos.

por Invitado Jue Jun 09, 2016 3:17 am

Tras su improvisto estos días, había terminado por volver de nuevo a su vieja vida. No había podido arreglar los asuntos que había tenido fuera de la institución y francamente había terminado cansado y con dolores de cabeza severos por pensar tanto en aquéllo y con tanta insistencia. Finalmente había optado por dejarlo todo por la paz y dedicarse a su aburrida vida de nuevo. Sabía que Sassha estaría furioso por que no le avisó de su repentina huida del país (?) sin embargo, al intentar contactarlo de nuevo, este no contestaba ninguna de sus llamadas o mensajes, no quería tener que recurrir a allanar su casa.

Y, tal vez como pago por sus acciones, ahora no encontraba otro modo de desestresarse que haciendo lo que mejor sabía: beber. No había mayor placer en la vida que beber para él, quizás el sexo pero esa sería otra historia. Caminando entre toda la gente que pululaba y danzaba embriagada, él se abría paso intentando que las bebidas ajenas no cayeran sobre su ropa. Luego de la misión casi imposible, llegó a la barra para sentarse sin delicadeza o elegancia. De hecho se desparramó lanzando un sonoro bufido por lo caliente del lugar, tanta gente y tantas luces le iban a derretir la piel.

Sin tomar la carta él pidió la botella de Beluga, y un vaso para no verse tan como que necesitaba el alcohol en su organismo, tampoco preguntó los precios, sólo se dedicó a sacar un cigarrillo de su pantalón y al buscar el encendedor en la mesa, se dio cuenta de la persona que estaba enseguida de él. ¿Siquiera tenía edad para beber? Era uno de los alumnos de la institución y no sabía si era mayor de edad, no es que le importara, pero ugh, maldición, si alguien lo veía...

-Oye, oye... Hey, chico del bosque.

por Invitado Jue Jun 09, 2016 4:44 am

-Baltika nueve- susurró mientras observaba la botella de cristal café que el mesero recién le entregaba junto con un vaso alto y un portavasos para éste. Tenía años, literalmente, que no probaba ni una gota de su cerveza favorita. Las grafías rusas en la etiqueta le recordaban aquellas tardes en casa, con su familia, cuando ahorraban para costearse un par de rondas para cada miembro, incluyendo a los allegados que no compartían lazo sanguíneo.

Dio un sorbo al ambarino brebaje y colocó el vaso de nuevo sobre el cartón, que también tenía impreso el logo de la cerveza. Era fabulosa. Ahora, agradecía de verdad el tener la oportunidad de pagar algo que se le hiciera tan familiar. Las cervezas belgas y alemanas eran exquisitas también, pero nada se comparaba con el amargo y fuerte sabor que tenía ésa. La miró, suspirando nostálgico. Qué tristeza no poder compartir ese gusto con nadie en particular. Sentía una presión en el pecho que no lograba comprender. ¿Así era morir de dolor? No era divertido. Querer a alguien, extrañarle y desear que no se hubiera ido.

-¿Nh? -Escuchó a alguien llamarle a su lado. Mientras relamía sus labios, en busca de cualquier resto de bebida, se volvió hacia el dueño de aquella voz. Arqueó la ceja cuando se encontró con que, efectivamente, era conocido aquel timbre: Se trataba del sistemático y estigmatizado enfermero del instituto. Había escuchado muchos rumores sobre él, pero lo peor había sido en aquel bosque, donde no lo dejaba en paz. -¿Hola? -Susurró desganado, devolviendo sus ojos a su bebida.

No se encontraba con la calidad de correrlo, pero tampoco sentía ánimos de hacerle la plática. Al final, no tenía ni idea de qué podrían hablar. Eran completamente opuestos, habían pasado por todo, ¿qué decirle? ¿Qué contarle? Rodó los ojos, mirando el vitral que colgaba sobre ellos.

por Invitado Jue Jun 09, 2016 5:31 am

-Tú... ¿tienes edad para beber? -le preguntó algo extrañado de observarlo allí y verlo tomar de la cerveza con tal familiaridad. Se limitó a esperar su pedido que no debía tardar demasiado en llegar e intentar socavar su mente por unos segundos ¿Qué iba a hacer cuando volviera a ver a Sassha? Ya le había perdonado una vez ¿era el menor capaz de perdonarlo una segunda vez? No estaba realmente seguro de que esta vez funcionara. Tendría que pensar en algo muy bueno para lograr que el menor no le lanzara un refrigerador encima o le rebanara el cuello.

Sacudiendo la cabeza, observó al bartender que le traía su pedido, era un vaso de cristal alto, y su botella. La sonrisa en sus facciones se acrecentó con el paso de los segundos donde el líquido caía descuidado en el vaso hasta llenarlo completamente y tener que sorber un poco para que no se fuera a tirar, él no iba a dejar que se desperdiciara ni una sola gota. No, no, eso sería sacrilegio. Tras unos segundos, se dio cuenta de que básicamente estaba acompañado por el menor, no es que realmente se conocieran.

Iván no era afecto a las pláticas, era posible que intentara sobrellevar las situaciones de la vida diaria en silencio. Tras los meses que estuvo estudiando y aprendiendo, había logrado mejorar notablemente, pero le resultaba muy difícil a veces poder encajar con esos lugares donde había tanta gente y tantas luces, por lo general, era más de quedarse en casa a dormir. Soltando un bufido que se sofocó con la música estridente, se quedó en silencio bebiendo de su vaso como una persona decente, esperando que este hiciera efecto en su organismo pronto. Su garganta comenzaba a arder y era como la entrada al paraíso del coma etílico del que nunca quería salir.

por Invitado Jue Jun 09, 2016 6:12 am

-La tengo. -No lo miró, se dedico a dar otro sorbo a su bebida. ¿Por qué estaba ahí, tan interesado en lo que pasaba en su vida. Frunció el ceño incómodo ante aquella pregunta. -¿Por qué el cuestionamiento? -Se volvió hacia el otro, girando su cuerpo entero mientras la música resonaba alrededor de ellos. ¡Perfecto! Canciones tristes en un bar, ¡casual! -¿Tú qué haces aquí?

No era necesaria tanta propiedad, ¿acaso eran desconocidos? Los adultos sólo necesitaban respeto ante su rango cuando estaban laborando o ejerciendo dicho estatus, pero justo ahora, eran dos conocidos en un bar, incomodándose mutuamente. Quizás podría charlar con él, pensándolo bien. Hablar con alguien que simplemente no ves a menudo era perfecto. Desquitar toda su frustración y dejar el peso en aquel lugar.

-Mi nombre es Harek Vorona. -Volvió a presentarse, pues El chico del bosque no era la forma perfecta para que le llamaran. Estiró su cuello, dejando visibles aquellos músculos remarcados que tenía en éste, fruto del trabajo físico que hacía cada vez. -Tú eres Iván, ¿no?

La música que ponían en aquel lugar, le era ajena totalmente, no comprendía el porqué era un lugar tan masculino y sobrio pero la ambientación era totalmente ochentera, como si de un antro gay se tratara. Era raro, pero agradable. Pensó por un momento en cómo buscar el título de la canción que se reproducía en ese instante, pues la letra era realmente triste. Una de esas que quieres escuchar mientras bebes y pierdes el conocimiento.

Spoiler:

por Invitado Jue Jun 09, 2016 6:23 pm

Girando la cabeza en dirección al chico -como si le hubiese crecido una tercer cabeza- lo observó con la ceja alzada esperando el momento en que se levantara de la silla para atacarle. -Hombre... Relájate que no voy a morderte. -alzó las manos frente a él en señal de derrota; habría querido usar otro chiste acerca de las piernas delgadas, pero en ese momento no tenía ganas de iniciar una pelea. Qué raro, quizá se estaba ablandando. Tras unos segundos donde se acabó su primer vaso y su mano buscó a tientas la botella en la barra, se dedicó a quedarse en silencio mientras el chico hablaba.

No le interrumpió aún cuando realmente se sorprendió de que el chico conociera su nombre. Bueh, tampoco es que le fuera a tomar mucha importancia a ese dato. -Sí, mi nombre es Iván, Iván Válkov, chico del bosque. -le dio una media sonrisa intentando procesar las palabras que él le había dicho, el nombre aún le resultaba algo difícil de pronunciar, pero con el tiempo estaba seguro de que lo haría. -Entonces ¿qué edad tienes? -Sacar plática no era su fuerte, gracias. De hecho era un imbécil queriendo sociabilizar. Pero ya fuera como castigo o pago por su vida pasada, mientras tomaba, evaluaba la manera de poder hablar al menos unos segundos. Él parecía lo suficientemente paciente como para hacerlo.

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