Founding (Privado: Iván)

por Invitado Mar Oct 14, 2014 12:09 pm

Comenzaba a darse por vencido con respecto a su hermano. Para colmo, tampoco encontraba a Rubbaen. La única buena noticia que había en ese lugar era que había conocido al jardinero y parecía ser amable y compartir su amor por las plantas. Eso lo había hecho feliz. Sonrió al recordar el suave aroma que había despedido aquel jardín que comenzaba a trabajar Kyle.

Sin embargo, como no hay felicidad perfecta, algo tenía que salir mal: La garganta empezaba a dorerle bastante por la presión que experimentaba al no encontrar a las dos personas por las que estaba ahí. Decidió ir a la enfermería, y así hizo: primero, preguntó un par de veces hacia donde estaba y cuando fue indicado que estaba cerca de la recepción, se decidió a ir. Caminó un poco y llegó.

La puerta blanca con una cruz hacía fácil el notarla. Estaba abierto, así que se pasó tocando un par de veces antes, para ser escuchado, pero nadie parecía responder.

Al fondo había una cortina blanca, probablemente había alguien ahí: seguro era una doctora o enfermera, pues era raro el encontrar hombres que se enfocaran a esas profesiones.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 5:34 am

El humo del cigarrillo salió por la ventanilla de la izquierda mientras acomodaba los pies sobre el escritorio de madera y se relajaba en el respaldar de la silla. Con los ojos cerrados dejó que el cigarrillo le llenara por completo y ahogara sus ridículas penas. No había gente que atender ese día o al menos ninguno se había presentado por la mañana y agradecía eso.

Sus ojos azules se dirigieron luego a la ventanilla y observó el césped que cubría los jardines y chasqueó la lengua con fastidio, si lo cortaban, tendría una fabulosa alergia. Pero luego mientras divagaba en infecciones y alergias escuchó los toques a la puerta y pasos vacilantes. Como si le hubieran puesto un resorte en la espalda se irguió en la silla y dejó el cigarrillo en el cenicero luego de haberlo apagado y lo dejó fuera, en el alféizar de la ventana, cerrándola para que no entrara el olor... Era un poco ingenuo.

Un poco irritado por haber sido interrumpido en su tarea esperó en el escritorio cómodo de la vida, no iba a moverse a menos que viera a alguien desangrándose o sin una pierna.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 5:47 am

No soportaba más. Estaba a punto de vomitar del estrés. Era una horrible sensación de acidez a lo largo de s esófago. ¿Cómo podría mitigar esa sensación? Ahora más que nunca, estaba solo. Sin Rubbaen, sin su hermano. Por lo menos tuvo la dicha de conocer a aquel jardinero agradable. El tener que vivir en un lugar lejano a su hogar, sin familia, sin amigos, no sonaba como algo que quisiera hacer. Probablemente, la vida lo trataba mal porque le daría algo mejor.

-Buenas tardes... -Mencionó con su vocecilla, moviendo a un lado la cortina. -¿Iván? -Sus ojos no podían creer lo que veían. Era él, al fin. Sus ojos se llenaron de lágrimas al sentir ese escalofrío de regocijo. Todo lo que había viniendo sintiendo desapareció, y notó como todo ahora valía la pena.

Su cuerpo no lo soportó y cayó, sin fuerzas, al piso, por la impresión. Sonrió mientras el llanto fluía sin control. Lo miró de nuevo, seguramente era un sueño. Tal vez ya se había desmayado por la molestia y había alucinado con aquel que tanto amaba: su padre, hermano, amigo, su todo.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 6:05 am

—Bue- —las palabras se atascaron en su garganta cuando la cortina fue corrida a un lado y la pequeña y menuda complexión de su hermano se presentó frente a él. Allí estaba, estaba entero, no tenía los ojos de otro color, no tenía cicatrices en el cuerpo, no estaba ciego y no tenía la boca cosida... Estaba allí, sabía que era un mal sueño pero aún así tenía que levantare de su asiento.

Los pasos fuertes y llenos de resolución le llevaron frente al cuerpo tembloroso y lo alzaron como si fuera un trozo de papel entre sus brazos. Estaba allí, estaba abrazándolo y estaba sintiendo la tibieza de su cuerpo, no lo habían masacrado ni destrozado. —MiMi... ¡MIMI! —el ardor que le abrasó el cuerpo fue como brasas al fuego, enterró su rostro en el hombro del menor y con fuerza aspiró su aroma apretándole a su cuerpo como si esperara el momento en que el mal entrara por su puerta y le robara a su hermano, no... Eso jamás volvería a pasar, se encargaría de que fuera así.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 7:10 am

Sintiendo un calor abrumador avanzar por cada una de sus venas, como si su sangre fuera algo doloroso. Lo miró y no pudo evitar romper en llanto. No podía creerlo: seguía vivo, entero, al parecer. ¡Qué regocijo!

-¡¿Estás bien?! -Intentó tocarlo, pero su cuerpo no reaccionó. -¿Eres tú?

Se volvió a mirarlo. Sin duda alguna era él. No quería alejarse jamás de él, no quería que el destino volviera a arrebatarle de los brazos a su única razón de ser.

-Un hombre me rescató, hermano. -Contó, antes de que el otro sintiera alguna clase de responsabilidad. -Y me trajo hasta aquí.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 8:08 am

—Carajo... Joder, de verdad... —las palabras fluyeron por su boca sin poder atascarlas mientras sus ojos se cerraban con fuerza sosteniendo el cuerpo en sus brazos. Lo había extrañado tanto que cuando no lo encontró pensó en el suicidio: imaginó los peores escenarios y las peores torturas, unas que hacían parecer su propia condena una visita a los campos Elíseos.

—¿Quién fue? —quiso, de repente por puro respeto conocer a quien había cuidado de su pequeño hermano. Debía conocer a su salvador y darle las gracias a ese hijo de puta por cuidar lo único que había querido realmente en la vida. Ojalá sus viejos se estuvieran pudriendo donde sea que estuvieran por dejarlos solos en ese bosque de mala muerte—. Mimi... estás aquí... —la voz se le atascó por varios segundos pero tomó el aire suficiente para contener el ansia, deseaba mantenerlo así para siempre. Ya no le importaba estar ahora hincado en el piso con el menor en sus brazos, no, ahora sólo necesita permanecer así unos minutos más.

por Invitado Miér Oct 15, 2014 8:19 am

Se aferró al otro, no quería soltarlo jamás, pero le parecía irrespetuoso el no mirarlo mientras hablaban, así que se alejó un poco, sosteniendo las manos del otro y tratando de enjugar sus lágrimas con las mangas.

-Rubbaen... -Sorbió la nariz, tratando de mostrarse fuerte. -Haggis... -Lo miró directo a los ojos, tocando sus mejillas con suavidad. Realmente lo extrañó.

La duda durante todo ese tiempo, lo había carcomido. ¿Qué podría haber vivido su hermano amado mientras estuvieron separados? Quería saberlo, aunque el temor a que hubiera sufrido le consumía las ganas de seguir adelante con su interrogatorio. De cualquier modo, lo que fuera, lo afrontarían juntos.

-¿Dónde estuviste? - Preguntó con duda. -¿Te hicieron algo?

por Invitado Jue Oct 16, 2014 5:10 am

—Rubbaen... —las letras le pesaron en la lengua y se aferró de nueva cuenta a su pequeño hermano cuando sintió que éste se removía entre sus brazos. Su cabeza negó un par de veces cuando las imágenes se aglomeraron en su cabeza y recordó cada uno de los momentos.

¿Era buena idea contarle a su hermano lo que había pasado?

No.

Se separó de él unos centímetros para observarle y permitirse esbozar una pequeña sonrisa, una completa, sin intenciones morbosas o malévolas, no... Era una sonrisa que había creído perdida y cuando la volvió a encontrar las imágenes de ellos dos le volvieron a azotar... Ah, estaba tan feliz que podría llorar en ese maldito instante. —No me han hecho nada... —le dijo con suavidad, besando las mejillas ligeramente húmedas por los caminos de lágrimas sobre ellas—. Estuve preso... Pero no ha pasado nada, nada... Ahora todo está bien.

por Invitado Jue Oct 16, 2014 8:37 am

No podía creerle que de verdad no le hubiera pasado absolutamente nada. Lo miró, analizó cada parte se su rostro, buscando alguna señal de dolor, tortura, angustia o algo. Quería estar cien por cierto seguro de que lo que el otro le decía era verdad. No le dijo nada por el momento, indagando en su propia mente lo que pudo haberle pasado. Algo, no sabía qué. Quizás, por ser el hijo mayor de aquellos militares lo habían tomado preso de forma distinta.

-¿Pasó algo? -Sintió una confusión ´brotar de él. ¿Cómo no sonreír frente a él después de tanto tiempo? Pero, ¿cómo hacerlo si le había pasado algo?

Se aferró a él con fuerza, dejando que la voz de su hermano calmara las heridas que sentía dentro, esas que, no importaba que hiciera, no se iban nunca, y volvían, cada vez, con más fuerza, como si quisieran destruirlo, romperle los cimientos y no dejarlo ponerse de pie jamás.

por Invitado Sáb Oct 18, 2014 12:24 am

—¿Te ha pasado algo a ti? —quiso desviar la atención por un momento de lo que habían hablado por que la realidad era que no deseaba hablar de esa vivencia hostil que sufrió, MiMi no tenía por qué saberlo ni por qué preocuparse. Se concentró en que sus manos recorrieran la cabeza del chico y luego su torso buscando al que no estuviera donde debía estar. El que fuera salvado por X personaje no implicaba que antes de eso no hubiese sucedido algo más ¿No es así?

—No pasa nada, MiMi... Ahora estamos a salvo ¿Lo ves? Te dije que un día en el futuro tendríamos paz. —le susurró de la manera más cálida y amena que pudo. Hacía mucho había olvidado cómo se sentía el sentirse feliz, qué irónico, la vida misma se lo estaba pagando. Le abrazó con fuerza a su cuerpo y entonces se levantó del piso con el chico aún en brazos, lo levantó como si fuera el objeto más liviano del mundo por que el peso se había esfumado. No había nada más que la dicha de estar así, juntos, como debían estar desde el principio.

por Invitado Sáb Oct 18, 2014 2:16 am

-¡No cambies el tema! -Gruñó apartando al otro. No podía dejar las cosas así de inconclusas. Tenía que admitir qué había ocurrido, eventualmente se enteraría. Lo miró retador, no aceptaría nada salvo la verdad.

Le soltó un golpe en el brazo, que aunque no hacía daño a nadie, expresaba bien lo que le pasaba. No pudo detenerse: uno, dos, tres golpes más. Era inevitable, pues la ira lo invadía y no se podía controlar cuando entraba en ese modo.

-¡¿No me dirás?! -Volvió a golpearlo con los ojos llenos de lágrimas.

por Invitado Sáb Oct 18, 2014 2:48 am

—No ha pasado nada, maldita sea. —no, no, no... No quería decir eso, pero las palabras habían fluido por su boca y nos las pudo evitar—. Es que no ha pasado nada, MiMi... Me tuvieron preso... Tuve peleas, pero luego me dejaron suelto—. No era una persona que mintiera, de hecho siempre decía la verdad fuera cuál fuera la circunstancia o qué tan jodida fuera la situación, pero Missha no tenía por qué saber lo que le había pasado. Era dolor innecesario.

—Escucha... —prosiguió a decir, sosteniéndole las muñeca con una mano y sosteniéndole del cuerpo con la otra mano—. Escucha maldición... —rodó los ojos con evidente molestia y clavó sus ojos en los de él con lentitud, escudriñando cada poro de su rostro y cada tramo de piel. Se quedó en silencio intentando que el chico se calmara. —Ahora quiero que me digas tú a mi qué ha pasado contigo todo éste tiempo. No es una pregunta MiMi... de verdad necesito saberlo ¿Entiendes?

por Invitado Sáb Oct 18, 2014 4:14 am

Mantuvo el cuerpo calmado. Lo miró y prestó atención con la esperanza de que le dijera lo que ocurrió. Bajó la mirada al poco tiempo y resopló al notar que no le pretendía decir nada en principio de cuentas. Pensó en todo lo que había hecho y no era nada relevante.

-Me llevaron al bosque y Rubbaen me salvó. -Se encogió de hombros. -Huimos y trabajamos en una florería. -Lo miró de nuevo. -Conocí un joven aquí y... es el jardinero. -Sus ojos brillaron. Sin duda, el jardinero le gustaba, pero no sabía si estaba bien eso. -Y ayudo a hacer de ése, un buen jardín.

Sus mejillas se tornaron un tanto carmesí. Era muy evidente todo. Lo miró de nuevo, volviendo a la realidad.

-¿Y tu?

por Invitado Dom Oct 19, 2014 10:48 pm

—¿Y has estado bien desde ese momento? —volvió a preguntar, con el ansia carcomiéndole por dentro, no sabía bien cómo expresarse sin parecer desesperado, había pasado tanto tiempo que ya había olvidado que su hermano era una persona delicada y calmada; había pasado tanto tiempo encerrado con monstruos que había olvidado que las personas sentían y necesitaban de cariño, un cariño que siempre esperaba poder brindar al chico.

Notó el brillo entusiasta al hablar del jardinero, él podía vivir con eso; o quería más bien convencerse a sí mismo de que podía mientras el otro cerdo no intentara algo con su hermano, por que entonces ni todo el ejército ruso o alemán iban a ser capaz de detenerlo—. Me alegra que encontraras algo con qué entretenerte. Cuando me soltaron, me dejaron en medio de un bosque, quién sabe cuál... Luego de eso estuve caminando y comiendo animales crudos... Heh —se rascó una mejilla observando a un lado antes de proseguir—. Luego de eso cuando finalmente llegué a una carretera o... bueno, no recuerdo bien qué era, un hombre me "levantó" y cuando desperté, estaba vendado de mis heridas... Luego él mismo me ayudó a llegar aquí, es complicado de explicar.

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