La tormenta despues de 4 años [Colectivo- Privado]

Estaba siendo realmente complicado. Es decir, siempre lo había sido pero, de repente todo se volvía más complicado ahora que tenía un trabajo fijo. Corrió por los pasillos jardín principal, ¿Cómo había podido ser tan descuidada? , las palabras resonaban en su cabeza. “Señora Schmitd, está enfermo…”  Dolía.
 
Al llegar a la entrada principal se encontró con una mujer joven, de la mano sostenía al pequeño. Se inclinó  para tomarle la temperatura con la mano.
 
—¿Estará bien? ¿No es preferible que se quede conmigo? — Empuño las manos sobre su pecho una vez al levantarse, mientras observaba con preocupación a su niñera. —N-no quisiera que empeorara —  Agregó, mirando al pequeño mientras este se abrazaba de la pierna de la más joven.  “Estaremos bien, la llamaré cualquier cosa Sra Schmitd”.
 

Sonrió, mientras pensaba “No repitas ese apellido”.  Habían pasado años desde que se había alejado de su esposo, pero cada vez que oía su nombre lo recordaba perfectamente, y el sentimiento de necesitarlo y odiarlo tan intensamente crecía como espinas en su interior. ¿Acaso seguía enamorado de aquel ser humano? ¿Realmente era algo sano sentirse así por alguien que le había hecho tanto daño?  —Está bien, gracias por venir, realmente quería verlo … — murmuro, antes de caminar lentamente  los jardines del instituto, quizás para darse el tiempo para pensar.

Ya estaba acostumbrado a sus labores en el patio, este día específicamente tocaba el jardín principal,  y aunque normalmente lo único que hacía era sentarse a dibujar,  de vez en cuando podía observar escenas realmente interesantes como, una confesión de amor no correspondida, o la pelea entre dos jovencitas por un chico.
 
Estaba sentado con el block en mano, cuando vio una hermosa mujer rubia correr directamente hacía la entrada principal ¿No era la nueva profesora? Realmente era muy bonita, nunca había pensado que las mujeres mayores se volvían tan lindas con la edad pero eso era un hecho en su mente, seguramente Karla disfrutaría de esto.  Rió un poco al pensarlo.
 
La mujer hablaba con alguien más, y de repente, al inclinarse un poco para observar, se encontró con la dulce figura de un niño pequeño. Debía tener como máximo 4 años, era realmente adorable.
 
Observo la escena desde lejos un momento, mientras dibujaba lo más rápido que podía las facciones de la chica junto al pequeño niño, no sabía porque, suponía que luego se lo entregaría , no había nada de malo en admirar caras bonitas sin malas intenciones, después de todo, era homosexual.  Fue ahí cuando la mujer pareció volver,  sacó la hoja de papel dejando el block de dibujo sobre la banca donde estaba sentado, y corrió tras de ella.
 
—¿Disculpa? — Tocó su hombro cuando estuvo cerca, sonriendo amigablemente —¿Es tu hijo? ¡Es realmente adorable!  ¿Eres nueva?  ¡Bienvenida!  — Y extendió el dibujo frente a la chica —Me gustaría entregarte algo más acorde a ti, pero … soy pobre hehehe — Ladeo ligeramente el rostro — Soy Chris, a propósito —

Todos estos años había sido complicado ser madre soltera, pero estar tan lejos de su hijo en esta oportunidad era lo que más le dolía, pocos entenderían ese sentimiento de no saber si tu pequeño está bien o mal ¿Te extrañara? ¿Te buscará al ver que no estas?
 
Fue detenida, y al voltearse observo a un atractivo hombre, parecía algo así como un héroe de las novelas romanticas, con su pelo largo y rubio ondeando al viento. —H-huh… —Estuvo un poco confundida ¿Quizás había cautivado el corazón de aquel hombre con su belleza? ¿Podía ser? Jamas lo hubiera imaginado.  —S-si, soy nueva …— Murmuró y en ese mismo instante vio un hermoso dibujo extendido frente a ella, sonrió inmediatamente, se trataba de su pequeño, ¿Cómo no podía estar feliz? — ¡¡G-gracias!! — Alzó la voz con energía y luego observó a aquel hombre con ilusión ¿Podría ser que su vida comenzaba a cambiar? ¿Estaba conociendo a el nuevo amor de su vida? Un atractivo, salvaje y rebelde rubio.
 
Acomodó un poco su propio cabello tras su oreja, pensar en eso le hacía sentir un poco timida — Y-yo ..soy Erika, Chris, es un gusto … — Apoyó el dibujo cerca de su propio cuerpo ladeando un poco la cabeza —D-dibujas muy bien ¿Eres maestro? — ¿Sería que justo su nuevo amor de la vida fuera un profesor de arte? ¿El destino la había guiado a un hombre que compartía sus mismos intereses y gustos? Ademas de que tenía bonita sonrisa, no parecía ser un estirado como su ex esposo.
 
¿No había dicho que había encontrado lindo a Albert?  ¿Podía ser un padre MUCHO mas amoroso y gentil con su pequeño que el idiota con el que estaba casada hace 4 años? Sacudió rápidamente su cabeza ¿Qué estaba haciendo? Pensar así tan rápido cuando apenas lo conocía.

Se sintió satisfecho cuando la sonrisa de aquella mujer de nombre Erika volvia a inundar su rostro. Si que era linda, el padre de ese niño debía ser una especie de super modelo para agarrar a aquel bombom, claro que mientras pensaba en eso se le vino la imagen de la hermosa Effi y el desaliñado Heinrich y su fantasía de la familia hermosa y perfecta se deshizo.
 
Acomodó, al igual que ella, su cabello rubio tras sus orejas, estirando los brazos hacía el cielo  —No, la verdad que no, soy Inspector, pero amo dibujar y en general el arte. ¡Soy pintor! — Se señaló a el mismo sonriendo contagiado por la sonrisa de aquella chica.  —Pero soy algo así como coordinador de la academia de arte, tengo unos…Asuntos y no puedo enseñar — Desvió ligeramente la mirada hacía un lado, encogiéndose de hombros — Me refiero, a problemas legales … —Esperaba que esto no afectara a la relación que estaba teniendo con Erika, pero sentía que podía ser sincero con ella.
 
Se volteó brevemente señalando la banca donde esta — ¿Tiene algo de tiempo? Podríamos sentarnos allí a conversar — Cerró sus ojos y acomodo su brazo para que ella lo tomara  —¿Me sigue? ¿Eh? — Normalmente actuaba siempre amigablemente, por alguna razón lejana a su homosexualidad (??) se llevaba extremadamente bien con las mujeres, y le agradaba compartir también con ellas, siempre eran muy interesantes y divertidas.
 
—¿Y el señor a que se dedica? — Pregunto una vez que ya se estaban acomodando frente a las bancas. 

Abrió sus ojos entusiasmada con lo que estaba conociendo de Chris, ¿Habia dicho que era pintor? ¿Cómo ella? ¡Eso era genial! ¿serían acaso los nuevos Frida Khalo y Diego Rivera? Claro, sin el tema de las infidelidades. —¡Y-yo soy maestra de arte! — Dijo emocionada, cubriendo ambas mejillas con sus manos sin soltar el dibujo antes obsequiado.  ¿No sería genial trabajar hombro con hombro con aquel hombre? Se imaginaba a ambos en la sala de artes mirándose apasionadamente mientras pintaban una canasta de frutas, sin mencionar de las sonrisas complices entre cada uno.
 
Se despertó al ver el brazo ajeno invitándola a pasear, y se abrazó de este de inmediato sonriendo ampliamente mientras caminaba por los jardines delanteros hacia aquella banca, y cuando estuvo a punto de sentarse escuchó la pregunta fatal, colocándose tensa en el acto.
 
Se giró articuladamente hacía el inspector, sonriendo de mala gana mientras una ceja le temblaba —Y-y-yo soy madre soltera — Se sentó finalmente y apoyó sus manos sobre sus rodillas, mientras su rostro se llenaba de venitas — El padre…de Al-albert….  —  Sonrió nuevamente a Chris rodeada de brillos — Deseo que esté muerto —  Definitivamente hablar de Derek era algo que no deseaba hacer, miró sus manos, el anillo de compromiso lo había tirado al abismo hace mucho tiempo, ya habían sido muchos años de llantos y malos ratos, ahora quería ser libre, conocer a otra persona y volverse a enamorar ¿Por qué su primer Crush tenia que sacar ese tema de repente?
 
—C-chris ¿estás saliendo con alguien? — Intentó desviar el tema, no quería volver a pensar en aquel estirado, horrible, grosero, manipulador y guapo hombre con el que se casó. Tenía que dejar de pensar en Derek,  centró sus ojos en Chris, su rubio cabello, sus ojos azules y el dulce tono de voz, sin mencionar que antes había dicho que había tenido problemas con la ley, ¿era como Andu Warhol? OMG REALMENTE ESTABA CONOCIENDO A ALGUIEN TAN GENIAL.

Hay ciertos temas  que uno nota rápidamente que no deben ser tocados. Así le pasó cuando preguntó por el padre del niño, no estaba seguro que había pasado entre ellos pero parecía que Erika y él no se llevaban muy bien, asi que intentó recordar ese tema como uno de los más prohibidos de la historia de los temas prohibidos.
 
Observó nuevamente a la mujer cuando escuchó la siguiente pregunta, negando automáticamente con la cabeza —Estuve saliendo con alguien, pero era mucho más joven que yo — Suspiró cerrando los ojos mientras cargaba su cuerpo en la banca — Soy un hombre mayor, ya tengo 30 años, no puedo dejar que pierdan su juventud conmigo así que por el momento estoy soltero — Sonrió ampliamente al volver la mirada hacía la mujer.
 
Decidió cambiar rápidamente de tema, aunque no le incomodaba hablar de sus relaciones no quería volver a ver esa expresión en el rostro ajeno.  —Deberiamos pintar algo en conjunto pronto, hhahaha normalmente nunca conoces una pareja de Arte, ¿podriamos intentarlo? —Cargó sus manos en sus piernas e inclinó un poco su rostro hacía adelante, la idea le parecía entretenida y de alguna extraña forma parecía estar congeniando muy bien con aquella mujer, la chica no solo era muy linda, sino era alguien bastante interesante, sentía curiosidad por lo que podía descubrir de ella.

Apenas había terminado con los molestos registros, encontrar a su esposa había sido más complicado de lo que se imagino. El instituto Wertvolle Preise era un sitio enorme, y en cada esquina se encontraba con algun profesor que quería darle la bienvenida. “Dos profesores nuevos en un mes, esto es fantástico” No estaba seguro que significarían esas palabras, ni tampoco se quería dar el tiempo para averiguarlo, según las investigaciones Erika estaba trabajando aquí y la encontraría como fuera posible.
 
Revisó primero el salón de arte pero este estaba cerrado. Frunció el ceño, era el único lugar donde Erika pasaría todo el tiempo, estaba completamente seguro, el sabía todo de ella, ¿cómo podría estar equivocado?  “¿Busca a la profesora Schmitd? Creo que salió a la entrada, venían a verla “  Abrió los labios sorprendido ante aquella afirmación de parte de una alumna, llevó una de sus manos a su bolsillo y caminó directamente hacia la entrada principal.
 
Habían pasado 4 años desde que ella lo había dejado, ¿era posible que ya hubiera encontrado a alguien más? ¡Claro que no! Erika desde un principio fue la que se mostraba más interesada en su persona, meneando su cola de perro siempre que aparecia ¿Cómo era posible que lo haya superado? No había forma de que eso sucediera, Erika era de su propiedad, y ella no tenía derecho a pensar en nadie más que no fuera él.
 
Se detuvo en los jardines y dirigió su vista de inmediato a la entrada, pero no vio nada, al menos no allí, solo bastaba girar un poco la cabeza para darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Si, efectivamente allí estaba Erika pero ¿Quién era el idiota que estaba a su lado? ¿Y que eran esas sonrisas entre los dos? Entonces si, lo habían sustituido, eso ni tenía sentido. Caminó tan rápido como pudo hacía ellos y sin pensarlo ni una sola vez, le dio un puñetazo al sujeto que estaba al lado de su esposa, tomando luego la muñeca ajena para comenzar a caminar hacía otro lugar. 

Escuchó atenta a Chris ladeando un poco la cabeza, ¿Acaso estuvo saliendo con una mujer menor? Eso era adorable, y TODO UN AMOR PROHIBIDO, pero aun asi había preferido hacer lo correcto y dejar que la joven viviera su juventud como merecía, eso realmente le hacía sentir muy conmovida.  Aquel hombre era amable, dulce y además bastante considerado (????) ¿Acaso se había sacado la lotería?  No pudo evitar pensar en cómo seria “en eso”, incluso podía imaginar esos largos cabellos rubios.
 
—KYAA! — Ocultó su rostro entre sus manos, no le gustaba tener pensamientos obscenos con personas, se suponía que era una dama, aunque había pasado algo de tiempo, quizás tenía justificación ¿No estaba mal fantasear después de todo? Volvía a sentirse como una adolescente.
 
La invitación la emocionó demasiado, junto ambas manos cerca de su pecho, observando al rubio con entusiasmo — C-claro que me gustaría —se encogió de hombros  y luego desvió el rostro sonrojándose un poco —E-estoy segura que me divertiré contigo… — Esto era demasiado perfecto, sus días parecían mejorar, posiblemente estaría envuelta en un lindo romance de pintores, no podía contener su emoción, al menos hasta que algo pasó, un hombre extraño apareció y golpeo a Chris frente a sus ojos.
 
Cubrió su boca con una de sus manos, poniéndose de pie de inmediato — ¡Chris! — y antes de que pudiera voltearse ante el maleante, este agarró su mano y comienzo a arrastrarla hacía otro sitio, pero no podía reconocer esa cara, aunque aquella fragancia se le hacía muy familiar. — ¡Espera! — Se deshizo del agarre y corrió hacía el rubio para observarle —C-chris ¿estás bien? — y rápidamente se giró hacía el atacante, alzando la voz en ese mismo momento.  — ¡¿Quién te crees que eres?! ¡IDIOOOTAAAA! ¡No puedes golpear a la gente así! —

No fue capaz de borrar aquella sonrisa de sus labios, había trazado una amistad con aquella bella mujer, y la alegría del momento se reflejaba con intensidad en sus labios, pero antes de que pudiera responderle a la rubia que lo acompañaba, todo se volvió confuso y se vio en el suelo con un fuerte dolor en su mejilla, mientras, a duras penas, veía como la chica era arrastrada por un muy bien vestido hombre.
 
—¿huh? ¿Qué acaba de ….pasar? — murmuró, intentando entender la situación por más confusa que fuera, pero no era posible, porque aquella mujer parecía no reconocer al hombre, y ante los ojos de cualquiera esto era casi un secuestro.
 
Cerró los ojos algo frustrado, el en realidad no era un hombre osado y valiente, tampoco resolvía las cosas a golpes, pero ahora tenía que hacer algo, y tomar la decisión le estaba llevando algo de tiempo ¿Qué haría Joshua Buchholz o Andreí Chaikovsky en su lugar? Probablemente golpear y rescatar a la chica de la forma más cool posible. ¿Podría hacer algo así?
 
Afortunadamente para él, Erika logró separarse del personaje aquel y correr a auxiliarlo —S-si, creo que si … —Dijo algo divertido por la situación, cerrando sus ojos y curvando sus cejas, y admiró la valentía de la chica al enfrentarse a su captor, parpadeando varias veces al notar que el sujeto en realidad era bastante guapo, si no fuera agresivo seguramente hubiera intentado coquetearle.

off:

 
Podía sentirse nuevamente en casa al oler a Erika, ese aroma tan familiar hacia que extrañamente, su corazón se sintiera más acelerado, pero ella se había vuelto más segura y fuerte, y le sorprendió bastante que decidiera alejarse de él como si realmente fueran dos desconocidos.
 
Abrió sus ojos y sus labios, y su cuerpo entero se sumió en la impresión, volteándose en el acto para ver como ella estaba auxiliando al otro hombre ¿Acaso había llegado demasiado tarde? Incluso para él eso era totalmente absurdo, Erika era su perrito faldero, no podía verla siendo el perrito de alguien más, y todo su cuerpo se negaba a aceptar algo como eso.
 
Lo entendió todo cuando ella lo increpó ¿Su apariencia había cambiado tanto? Tocó con la yema de sus dedos sus propios cabellos oscuros, y luego miró a la chica notoriamente irritado por la situación — ¿Solo cuatro años han pasado y has sido capaz de olvidarme, Erika? — Dio un par de pasos mientras ubicaba su mano izquierda en su bolsillo — Me abandonaste, ¿Qué clase de esposa eres? — Agregó mientras su voz se volvía más grave producto de cómo sus palabras iban aumentando en intensidad —Abandonado sin explicación, como un perro … —
 
Al llegar frente a ella, se inclino quedando cara a cara con el rubio y con la que era su esposa —¿Te escapaste de mis garras para irte con este tipo? Ni siquiera usas tu anillo de bodas… Era carísimo, incluso costaba más que tu vida, Erika … — Alzo una de sus cejas — ¿Y cuando al fin decido darte una oportunidad, me rechazas y olvidas? Esto ni siquiera es por ti, es por nuestro hijo, así que comienza a ser menos egoísta — Se puso finalmente de pie alejándose un poco para darle tiempo quizás para pensar — Vamos, tenemos que hablar … — Sentenció finalmente, volteando para observar al rubio fijamente.  Lo alejaría de su esposa como fuera posible. 

 
 

Se sintió un poco intimidado al notar el lio en el que se había metido, miró atento lo que ocurría frente a sus ojos y la mismo tiempo dejaba de mirar por vergüenza propia. ¿Tenia que enterarse de todo eso? Estaba ligeramente seguro que la respuesta era no.

Observó a Erika quien parecía un poco devastada, y lógicamente no quizó decir nada más y solo asintió. Quizás debía imponerse a ese hombre que a leguas se veía como un abusador, pero ¿y si eso significaba poner en riesgo a Erika? No quería acabar en esa clase de lios, al menos no ahora.

Se puso de pie, escribió rápidamente su número en un papelito y corrió tras de ellos — Erika, espera … — Susurró, echándole el papel en uno de sus bolsillos —Hablamos después …— Sonrió, y observó al hombre, retrocediendo con algo de inseguridad.