Seis y se tuercen las esquinas. { Privado - Okita Souji }

por Invitado Sáb Feb 27, 2016 7:49 am

La enfermería es limpia y huele a atardecer.

Iván tiene los huesos colorados y el corazón raspado cuando abre la ventana seguida de su escritorio para dejar salir el humo del cigarrillo. Se permite también subir los pies a la madera oscura por unos segundos para relajarse. Está todo en completa calma allí adentro cuando son los enfermos los que duermen; tras revisar que todo esté en orden; él se dispone a darse un respiro.

Repele los libros en la estantería trasera (por que no los entiende) y adora la música en inglés (por que tampoco la entiende) y sigue allí, acomodándose recto tras el modesto escritorio mientras los chicos de la clase de deportes entran presurosos a pedirle algo para el dolor de articulaciones. Tras despacharles sin problema alguno habiendo recordado el medicamento sin trabarse, sigue fumando, no es uno, no son dos cigarrillos sino seis o siete los que ingiere en ese momento como un hambriento frente hogazas de pan.

Gira a la ventana para ver a los alumnos inmersos en sus vidas, unos presionados por sus estudios y otros parecen sólo caminar como autómatas por el sendero, sin un propósito real, Iván lo piensa cuando mira algo en ese patio escolar;

su primer encuentro no debería haber ocurrido jamás, así lo dicta la sociedad, por lo menos.

por **Okita Souji** Dom Feb 28, 2016 1:38 am

-No era para nadie un secreto lo torpe que podía ser con él mismo, varias veces había tenido accidentes estúpidos debido a su propia irresponsabilidad, sin embargo estaba tan acostumbrado a lidiar con ellos que ya casi le restaba importancia, fue por eso que cuando la profesora (?) le pidió que por favor fuera a la enfermería, consideró que estaba siendo una total exagerada.

Sostenía en sus manos el papel de traslado, entendía que esto era básicamente parte del tema burocrático del instituto, pero bueno, ahora estaba manchado con gotas de sangre. –

Ah…Demonios…

-En lo que cambiaba aquel trozo de papel con la mano, se topo con un grupo de alumnos saliendo de un salón más lejano, con tal de evitarlos solo se pego a la pared y continuó el recorrido, hasta asomar su cuerpo a través de la puerta-

¿Disculpe?...

-Entonces en lugar de ver a la mujer de siempre, se encontró con un hombre, que a decir verdad estaba un poco ido en sus pensamientos. Instintivamente oculto su mano herida tras la espalda, no sabía realmente el porqué, mientras que mantenía aquel trozo alzado de papel ensangrentado en la mano izquierda, como si estuviera delatando el escondite de quien necesitaba la atención-

No, solo me equivoque

por Invitado Dom Feb 28, 2016 7:08 am

-¿Uh? -giró el rostro tras unos segundos de haberle escuchado. Con lentitud apagó el cigarrillo en el cenicero en su escritorio y se desplazó al lugar donde estaba el chico. Observó con atención el papel antes de tomarlo y leer los datos impresos en él-. ¿En qué te equivocaste?

Mantuvo los labios en una línea recta mientras se acercaba al lavabo en la esquina derecha de la sala, justo a un lado de los alumnos que dormitaban en aquéllas camillas. Extendió su mano al chico, pidiéndole de manera muda con aquél gesto que se acercara. Necesita ver qué tan profundo era aquél corte y si necesitaría alguna curación de emergencia más allá de limpiar y desinfectar. -¿Cuál es tu nombre, chico? Necesito ver la... herida. -Le urgió, sacando las gazas de la estantería y el desinfectante también.

Iván pecaba de (demasiadas cosas) impaciente para casi todo, con los alumnos procuraba tener especial cuidado, ser un poco más atento y amable de lo que sería normalmente, incluso a veces ofrecía palabras de aliento para los terceros, buscando aliviar un poco la pena ajena.

por **Okita Souji** Lun Feb 29, 2016 11:04 pm

–Su cabeza daba vuelta en un montón de interrogantes mientras veía a aquel hombre acercarse, lamentablemente, ninguna de esas preguntas tenían alguna respuesta válida, lo cierto era que, la persona que estaba allí, leyendo aquel pequeño informe, era con quien debía atenderse, sin embargo, este pequeño cambio de rutina lo había dejado más que perplejo, tanto que era incapaz de articular alguna que otra palabra ¿Quién era él?

Realizó inspección rápida mientras el adulto estaba envuelto en sus propios asuntos. Su ojos verdes solo bailaban entre cada rincón de la enfermería, distrayéndose de inmediato cuando nuevamente escuchó aquella ajena voz –

O..Okita Souji.

–Hizo una pausa, y aun con la desconfianza brotándole a borbotones por los poros, se acercó a aquella persona. Por lo general no había tenido ninguna experiencia positiva con ningún hombre adulto salvo dos excepciones que estaba totalmente apartadas, pero quizás, por un breve momento quiso creer que aquel hombre, que buscaba las gazas, podía ser alguien decente (?)–

¿Quién es usted? No es una mujer

-Frunció ligeramente al mismo tiempo en que ladeaba un poco la cabeza hacia un costado. Estaba confundido, claro que sí, le habían hablado de la “belleza de la enfermería”, pero no imaginaba que se tratara de un tipo tan tosco.

Extendió su mano hacia el adulto, esta se encontraba sucia con restos de sangre ya seca, la cual ya tenía un color entre ya desgastado, mientras que el dedo índice tenía una herida de un corte bajo el pulpejo ¿Era grave? Ni idea, le preocupaba más el hecho de que ese hombre fuera un estafador (?)–

por Invitado Dom Mar 13, 2016 6:54 am

Tras sus ridículos intentos por procesar las palabras de la mejor manera posible (?) se dio cuenta de que la irritación sólo crecía cada vez más dentro de él. Apoyándose en el lavabo cómodamente, se estiró un poco el pantalón bajo la bata, observando dentro de él su ropa interior. —Gracias, creí que me había equivocado de ropa interior. —había aprendido un par de cosas tras los años conviviendo con otras personas, pero no de paciencia o a mantener la boca cerrada.

Dejándose de juegos innecesarios, le tomó la mano con tiento, como si fuera a quebrarse en cualquier momento y le inspeccionó la herida con cuidado. Era un corte simple, probablemente de una hoja de papel como una accidente cualquiera; ignorando el hecho de que la sangre se había cuajado, con palabras casi mudas le hizo estirar la mano para que la metiera en el chorro de agua fría para comenzar a retirar la sangre que tras descubrir la herida, no dejaba de brotar. —¿Te... duele? —no es que fuera realmente importante, pero el otro tenía el cuerpo tenso y parecía un gato esperando el momento para atacarlo apenas girara el rostro.

No es como que fuera a morderlo de todos modos, pero cuando retiró el dedo del chorro del agua, aplicó un poco de antiséptico en la zona, sin advertencia de que quizás ardería un poco. —Mi nombre es Iván, y a veces... atiendo la enfermería. —tampoco era un dato relevante, pero al presionar un poco el algodón con el antiséptico, alzó la mano para ponerla derecha, disminuyendo un tanto la hemorragia en la mano, tampoco se le iban a salir las tripas por esa cortadita, pero luego de que el sangrado disminuyera hasta casi desvanecerse, fue abriendo con cuidado las gazas esterilizadas mientras buscaba la cinta en el cajón sin cuidado.

por **Okita Souji** Jue Mar 24, 2016 9:56 pm

—Se quedó parado observando al adulto, el realmente por un momento parecía que se había perdido en ápice desconocido al oir lo que para el mismo era un claro sarcasmo, sin embargo, como había podido comprobarlo con anterioridad, la sorprendente habilidades de interpretación de los occidentales nuevamente sacada a relucir lo mejor de ellos, y ante sus impresionables ojos verdes observó algo que realmente, no, no lo había esperado.

Se erizó, tal cual como un gato al ver algo desconocido justo frente a su figura, e incluso esa sorpresa se tradujo en una graciosa expresión—

¡¿P-pero qué diablos?!

—Sintió la necesidad de dar media vuelta e irse en ese instante, ya que el hombre que estaba allí evidentemente no era más que un descabellado sujeto que había tenido la desdicha de toparse. Lamentablemente su mano, aquella quien había sido culpable de tal dramático desenlace se había convertido en ya objeto de atenciones primarias, triste pero cierto.

Sintió el chorro de agua golpear con fuerza su herida, instintivamente cerró uno de sus ojos desviando la mirada de la escena ¿era necesario? Incluso aquella pregunta estaba de más y entre sus ganas de golpearlo, correr o intentar llevar este proceso lo más llevadero posible, simplemente asintió hacía su pregunta—

Si, no sea un bruto…

—Murmuro quejándose, aunque aquel enfermero de nombre “Ivan” parecía, más que nada, disfrutar el dolor ajeno, aunque era difícil saberlo por aquella inexpresiva mirada que tenía, quizás solo era un apasionado de su trabajo (?)

De lo que si estaba seguro era de su poca tolerancia al dolor, así que una vez que el algodón presionaba aquella diminuta cortada, volvió a quejarse, moviendo el dedo en un reflejo protector, pero retirarlo era algo inútil, aquel enfermero le sostenía aquella mano—

¡Basta! ¡Le he dicho que si me duele!

—Simplemente se dejó llevar por su actitud, y utilizando su mano ajena, golpeteo sin descanso la mano del adulto solo para que lo soltaran, aunque aquel hombre solo lo soltó cuando la sangre finalmente se había detenido.

Miró su dedo índice fijamente frunciendo el ceño. Sí, estaba realmente limpio y podía ver precisamente aquella cortada la cual no era tan significativa. ¿Realmente había tenido que pasar este momento por una insignificante herida? De alguna forma se sentía increíblemente molesto, pero como el dedo aun le ardía, intentó mitigar este enfado soplando la herida y murmurando para si mismo—

Itai…

por Invitado Lun Ago 08, 2016 10:41 pm

La resistencia del chico le estaba poniendo los pelos de punta. Optó por ignorar los (inútiles) golpes que le daba en la mano para que le soltara ¿qué tenían? ¿cinco años? Al final no lo soltó, sólo hasta que la curación estuviese completa, cuando lo observó mirar su dedo como si tuviera los secretos del mundo y murmurar cosas que no entendía, cruzó los brazos sobre su pecho para observarlo con una ceja enarcada.

—Bombón, actúas como si te estuviese matando. No se te van a salir las tripas por allí ¿sabes? —bueh, quizá no era la mejor manera de continuar una conversación, probablemente el chico saldría corriendo de la enfermería, y luego tropezaría por las escaleras o una cosa igual de trágica que un corte en el dedo. Cortó un pedazo de gasa esterilizada y se acercó a él, quizá con un poco más de cautela que al principio. Si le daba un manotazo más, iba a ser él el que se lo regresara. Le tomó de la mano, sin apretujos y sin forcejeos, apenas para ponerle la gasa y luego la cinta adhesiva para que no se le fuera a caer.

Tras esto lo soltó sin ninguna gracia, tampoco es que fuera a asustarlo o alguna tontera de esas, sacó la caja de las gasas que tenía al menos otras cuatro y la cinta del cajón y se las extendió. —Pareces muy afectado por el corte, así que te voy a dar esto, póntelo cuando lo veas sangrar o creas que se te va a salir el intestino. —quiso creer que lo tomaría a broma, aunque la realidad es que probablemente terminara ofendido, intentó mejorar sus palabras, aunque falló ridículamente—: ¿Quieres una paleta, cielo? —le ofreció, de un frasco en seguida del lavabo, obviamente estaba allí por los pequeños, pero él lucía como si fuera a llorar en cualquier momento.

por **Okita Souji** Lun Ago 15, 2016 10:14 pm

–Hubo un momento de silencio, quizás si la persona que estaba cerca fuera la enfermera que le habían prometido las cosas hubieran sido diferentes. Miró de reojo al sujeto pelirrojo, ¿Qué hacía realmente alguien como el de enfermero? De alguna manera lo imaginaba en trabajos diferentes, algo así como el granjero Willy de los Simpson, incluso la idea, por absurda que era, le hizo sonreír un poco, ya hasta lo imaginaba descamisado atropellando a todos con una cortadora de césped.

Su pequeña fantasía caricaturesca fue interrumpida por aquellas palabras de sarcasmo de aquel no granjero que estaba presente, aunque evitó responder, solo le observó nuevamente de reojo ¿Cómo es que le había dicho? Ni siquiera había una posible respuesta a eso.

Llevó su mano libre hacia su bolsillo, y esperó que el adulto hiciera su trabajo aunque ya estaba más cuidadoso. –

Usted es alguien bastante extraño

–Dejó escapar aquel comentario de sus labios y desvió el rostro, pero nuevamente escuchó aquellas palabras llenas de sarcasmo, aunque de alguna forma agradeció el gesto extraño recibiéndolas de mala gana como si se tratara de una obligación y cuando estaba a punto de voltearse y salir de lo que era su visita a la enfermería más rara de la historia, las últimas palabras lo dejó completamente petrificado para luego soltarse a gritar –

KOKODE WA DARE MO IKUTSU KA NO GEI WA NANI O NOROTTE IRU NO DESUKA?!! ..Qu-quiero decir…

–Hizo una pausa y miró las paletas, tomando una rápidamente y caminando hacia la puerta solo para detenerse para dar su sentencia final –

¡SOLO LA TOMO PORQUE USTED ES UN IDIOTA!

–¿Que estaba diciendo? Lo que decía no tenía ningún sentido, pero estaba demasiado irritado como para pensarlo demasiado –

por Invitado Miér Nov 22, 2017 7:44 am

Iván se quedó observándolo por un largo rato, sus pasos y la manera en la que giraba el cuello de manera dramática. Cómo sus ojos cambiaban, primero eran tranquilos, luego furiosos, luego una extraña mezcla de furia con gracia mal contenida. Iván era un adulto que tenía qué lidiar a diario con niños de esa institución, que fue entrenado también para leer a las personas; es por eso que el castaño le parecía tan extraño, él y sus maneras de manejarse para la vida.

–Cariño, no sé qué acabas de decir, yo no hablo japonés. –lo miró con una sonrisa completamente estúpida porque el chico seguramente creía que todos conocían su lengua materna y no era así; a Iván le había tomado muchos años aprender a hablar luego de una vida sin hacerlo. Es por eso que cuando se quitó los guantes con un sonido que inundó todo el lugar, los tiró al bote de la basura y de manera seguida acomodó el frasco con paletas donde iba.

A continuación caminó hasta estar frente a él y le acarició el cabello suavemente (todo lo suave que un ex militar podía ser), pasando de las hebras castañas al lóbulo de la oreja sin importarle por un segundo las palabras que buscaban ser ofensivas, más gracia era lo que le causaba pues él creía que realmente lo podía afectar con algo tan banal.

–Sí, sí, soy un idiota que no sabe japonés, asegúrate de no ahogarte con la paleta o caerte por las escaleras, allí puede que sí se te salgan las tripas y me duele la ciática como para bajar las escaleras por tu cadáver ¿bueno?

Le abrió la puerta seguidamente, realmente esperando que no fuera tan tonto como para que le pasara algo como lo de la paleta, uno nunca sabe y si había terminado en la enfermería por un corte con papel, era capaz de ir a dar allí de vuelta por la paleta.

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