Praying for Salvation [Priv. Dylan]

por **Fleur Adrinette** Miér Mayo 04, 2016 8:48 am

Vagaba sin rumbo por el vecindario. Había salido en la tarde casi noche a comprar unas cuantas cosas para la cena del día de hoy. Pero hacía un clima fresco bastante agradable y no quería volver a casa aún. Es por eso que se encontraba paseando y disfrutando del agradable viento que hacía, además de que no hacía demasiado sol, porque este estaba en proceso de ocultarse y así dar paso a la luna y estrellas. Siguió caminando, haciendo unos cuantos giros aquí y allá en las esquinas. Hasta que se encontró perdida. -Vaya sentido de la orientación Fleur, bravo..- Se regañó así misma, no reconocía aquellas calles, además iba distraída como para recordar que rumbo había tomado para terminar ahí.

En fin.... seguramente encontraría a alguien más adelante que le indicara como regresar a la zona donde estaba su departamento. Caminó en línea recta sin mucha suerte, no había personas en ese rumbo, la calle estaba silenciosa y tranquila. Lo único que se escuchaba con tal silencio eran sus suaves pisadas y su leve respiración. Pero no se iba a dar por vencida, de alguna forma u otra encontraría como regresar.

Para su sorpresa comenzó a lloviznar, no diluviaba pero tampoco eran tan finas las gotas de agua que caían rápidamente, manchando la piedra grisácea del suelo, en tonalidades más fuertes. Corrió en busca de donde refugiarse hasta que la lluvia se detuviera. Llegó a una imponente iglesia de piedra, de aspecto algo viejo, pero era lo que había o empaparse. Se acercó al gran portón de madera y lo empujó con fuerza, entrando rápido al interior, cerrando las puertas tras de sí. -Vaya.... esto me pasa por salir a pasear aunque hayan dicho en el pronóstico del clima que llovería....Perfecto.- Se quejó en voz baja. Miró a su alrededor, la iglesia estaba poco iluminada, a no ser por unas cuantas velas y unos cuantos candelabros. Realmente los vitrales no proveían de mucha luz al recinto.

Sintió un escalofrío recorrerla, ese lugar vaya que era tétrico, pero debería adaptarse ahora. Caminó despacio, tiró despreocupadamente la bolsa con la cena por ahí en lo que se dirigía hacia uno de los asientos, en el cual cuya madera crujió al recostarse ella sobre este. Colocó sus audífonos y prendió su mp3. Si iba a pasar algo de tiempo ahí, al menos algo de música para entretenerse no estaba de más.

por **Dylan Sullivan** Miér Mayo 04, 2016 7:06 pm

-Está haciendo fresco- Esas fueron las primeras palabras que dijo antes de que la primera gota de llovizna comenzara a caer. Se encontraba afuera de la Iglesia de los “Gentiles” como era comúnmente llamada por las monjas que se mantenían allí.

Normalmente todos regresaban a sus casas luego de un provechoso día, sin embargo el se quedaba allí. Desde que la madre superiora había enfermado gravemente, el había quedado al cargo de sus responsabilidades, y una de ellas eran cuidarla y cuidar la Iglesia en la noche de los vándalos que a veces venían a consumir sustancias.

Ya había comenzado a lloviznar, sentía las gotas caer directamente sobre su mano, eran diminutas, pero a su vez eran tantas que era imposible no terminar algo empapado. Entró a la iglesia y cerró las puertas, pero no con candado o algo, las personas siempre buscaban refugio, muchos de ellos eran personas sin hogar, cerrar aquella casa de Dios, sería una ofensa para todas esas almas.

Entró hacia lo más profundo de la Iglesia, específicamente a la habitación de la madre superiora, ella se encontraba en cama, pero estaba sentada leyendo un libro. –Ya me he despedido de todas las hermanas, parece que esta será una noche fría – Se acercó a la ventana y cerró las cortinas – iré por chocolate caliente ¿Le traigo un poco? - La mujer de edad adulta asintió con la cabeza y fue así como camino hacía la cocina.

Preparó el café, de paso hizo un poco más por si alguna persona, como era de costumbre, entraba, y volvió a la habitación de la mujer, dejándolo sobre el velador. –Con cuidado, está caliente- y se retiró.

Luego del servicio debía ordenar un poco el pulpito, y cuando entro allí observó unos pies sobresaliendo de los asientos, simplemente sonrió, ya había llegado alguien. Se dio medía vuelta y sirvió dos tazas de chocolate caliente, una para la persona y otra para el mismo, y con estas en manos se acercó a la persona.

-Buenas no….- Se percató que era una chica, y parecía estar escuchando música. Sonrió ladeando el rostro e hizo una reverencia para saludarle mientras sostenía las tazas de chocolate caliente una en cada mano.

por **Fleur Adrinette** Vie Mayo 06, 2016 10:39 am

-Espero pare de llover pronto....olvidé darle de comer a Noir.- Susurró a nadie en particular en lo que buscaba una mejor posición sobre el asiento de madera. Ya que no estaba tan fresca la iglesia, se quitó el suéter ligero que llevaba y lo dobló de tal forma para que estuviera acolchonado lo más similar a como estaría una almohada, no era lo mismo claro, pero de algún modo estaría más cómoda que en aquella rígida superficie.

Nuevamente volvió a recostarse, quedando sus pies algo salidos del asiento, de todas formas, encontrándose al fin, más cómoda a que como estaba acomodada anteriormente, su suéter si que daba un cambio más tolerable a los asientos de la iglesia. Ahora si pudo concentrarse en su música, era una tonada bastante tranquila, le hacía olvidar lo lúgubre que lucía el lugar donde estaba. Y ya que no había nada mejor que hacer, en lugar de examinar los alrededores iluminados por la tenue luz de las velas, enfocó su atención en el alto techo de la iglesia.

Había una que otra telaraña en las esquinas, y tenía vitrales muy bonitos también. Para ser una iglesia de muchos años, estaba bien cuidada, era mucho decir que ni goteras había. Claro, se veía que fue construida con una piedra muy sólida y resistente con el paso de los años, aunque algo enmohecida. Comenzó a tararear parte de la canción cuando de pronto creyó ver a alguien frente a ella, causando que se detuviera abruptamente. Abrió los ojos de par en par sorprendida y se sentó correctamente con rapidez. Había olvidado que quizá podría haber un sacerdote haciendo guardia. Después le miró con más detenimiento y se relajó al notar su expresión amable. Quitó sus audífonos por educación y replicó una sonrisa similar, prosiguiendo a responder al saludo. -Buenas noches sacerdote. ¿Y para mí?- Preguntó lo obvio para no ser descortés, que gesto tan amable de su parte.

por **Dylan Sullivan** Miér Mayo 11, 2016 4:24 pm

No fue necesario armar tanto jaleo para captar la atención de aquellos enormes ojos, y como su gesto había sido devuelto con una enorme sonrisa, mantuvo la propia dibujada en sus labios correspondiéndole en todo momento tan agradable reacción.

Observó una de las tazas que sostenía en sus manos con chocolate caliente, y se la ofreció apenas oía la dulce voz de la joven –Lo es… Hoy es un día bastante frio, no sería bueno que te resfriaras –Ladeo un poco la cabeza riendo brevemente de manera juguetona y luego que la menor sostuvo aquella taza de chocolate caliente, acercó a su propio rostro el suyo –Y no hay nada que no arregle una buena taza de chocolate ¿No lo crees? –

Bebió un poco, mientras veía a través de los vitrales las diminutas gotas que una a una se iban acumulando en ellos –¿Cómo te llamas? – volvió de forma lenta, la vista desde las ventanas de aquella edificación hacia la chica de cabello azulado –Mi nombre es Dylan Sullivan y soy Sacerdote de este convento de monjas, aunque viví mucho tiempo en Canadá, a decir verdad toda mi vida –

Se sentó a su lado, esperaba que aquella pequeña muestra de confianza no incomodara a la chica, aunque lo pensó una vez cuando ya se había sentado, quizás aún seguía siendo muy poco cuidadoso, sin duda tendría que seguir trabajando en eso o acabaría espantando a todos. Bebió un poco más de chocolate caliente para mitigar la culpa (?)

por **Fleur Adrinette** Vie Mayo 13, 2016 4:10 am

En verdad que cuando le trataban de forma cortés, le causaba una agradable sensación y un excelente humor. Tomó la taza entre sus manos, sintiendo el calor agradable que emanaba el recipiente. Una comparación algo bizarra, pero le parecía similar a la personalidad del sacerdote, cálida, dulce, amable y agradable. Su risa era contagiosa, por lo que ella igual rió un poco como consecuencia. -No sería conveniente resfriarme.- Volvió a reír y después continuó hablando. -Gracias y es cierto, nada mejor que una taza de chocolate, en especial con este clima viene perfecto.- Sopló con suavidad y dio un pequeño trago a su bebida para no quemarse.

Se había creado un pequeño silencio, pero nada incómodo en lo que ambos disfrutaban del chocolate caliente, hasta que escuchó hablar al hombre nuevamente. -¡Oh! Me llamo Fleur. Fleur Adrinette.- Justo cuando iba a preguntar por su nombre, ya se le había adelantado su acompañante, a lo que escuchó con atención su pequeño relato. Le sorprendió un poco que el joven se fuera a sentar a su lado, más no le incomodaba. Dirigió su mirada hacia el contrario y le miró con algo de curiosidad. -Un gusto sacerdote Dylan.- Le respondió con tono animado.-Pero si estuvo en Canadá toda su vida. ¿Entonces que lo ha traído aquí a Alemania?- No pudo evitar preguntar aquello, le causaba interés saber el porque se encontraba en esta iglesia ahora.

por **Dylan Sullivan** Vie Jun 03, 2016 5:24 pm

A decir verdad, jamás esperó ese tipo de pregunta, ni siquiera sabía si estaba del todo preparado para enfrentar todo su pasado, por lo tanto tardó un poco en reacomodar todas sus ideas mientras observaba la taza de chocolate con una expresión de sorpresa.

-Bueno, yo … -Balbuceó un poco presionando un poco la taza entre sus manos, pero luego decidió de que si no lo hacía ahora, jamás podría recuperar parte de su pasado, y debía enfrentarlo, porque una significativa parte de su pasado estaba en la misma ciudad, trabajando en el mismo instituto al que el iba de vez en cuando –Antes, hace algunos años atrás, era una persona común, aun ni siquiera me había encomendado a Dios, la verdad –Sonrió un poco solo de recordarlo –Era alguien a quien le gustaba pasarlo bien, reir, beber, y conocer gente todo el tiempo, pero luego conocí a una persona que me hizo decir “Ok, con ella me quedaré” –No evitó soltar una risita –Era alguien tan especial, creo que con conocerlo te das cuenta de lo especial que es, todo el tiempo estaba bromeando, diciendo estupideces que no sabía si alguna vez podría tomarle en serio –Cerró los ojos acomodándose en la banca –Decidimos salir de vacaciones hacía acá, Alemania pero ambos eramos muy pobres, y el presupuesto no nos alcanzó así que nos metimos en algo que no debimos con el único fin de intentar volver a nuestro país pero –Bebió un poco, se encogió de hombros y entrecerró un poco los ojos –Supongo que la vida tiene planes ajenos a los tuyos todo el tiempo y fuimos atrapados por la policía y terminamos tras las rejas -Observó a la chica sonriendo ligeramente –Esa situación destruyo la relación que teníamos y allí dejamos de vernos, hablarlos y cuando salí de allí ya no teníamos nada de contacto, así que fui auxiliado por esta maravillosa orden y aquí estoy –Ladeó el rostro hacia un lado sonriendo ampliamente, la historia por lo menos tenía un final feliz.

-A veces la vida nos trae cosas que realmente no queremos, pero al aceptarlas estas aceptando una oportunidad para crecer ¿Y tu como llegaste acá Fleur? –Esperó atento la respuesta ajena, mientras el mismo recapacitaba de cómo todas esas circunstancias lo hicieron nuevamente encontrarse con Christopher .

por **Fleur Adrinette** Mar Jun 07, 2016 3:36 am

De pronto se sentía realmente avergonzada, quizá había preguntado algo demasiado personal. Ya estaba dispuesta a disculparse por tal atrevimiento, pero se detuvo al escuchar al sacerdote hablar. Un poco más tranquila, dio otro trago a su chocolate mientras escuchaba atentamente el relato, e incluso asentía de vez en cuando para que el contrario viera que tenía su absoluta atención. Era un relato en verdad interesante, con diferentes matices de emociones, incluso eran reflejadas en su rostro, ella también sonreía cuando Dylan lo hacía, también llegó a reír un poco.

De pronto la historia se tornó algo compleja, aunque el sacerdote llegó a sonreírle, por su parte, ella le dedicó una sonrisa algo triste. Era bueno, un final feliz, pero, perdió a la persona que el quería y eso le causó algo de tristeza a su corazón. -Es verdad, la vida es.....- Suspiró en busca de una expresión adecuada. -Es como un libro, hay capítulos tristes, algunos felices y otros emocionantes, pero si nunca cambias de página no podrás sorprenderte con lo que continua.- Volvió a sonreír, pero ahora con un deje de nostalgia. -¿Usted no ha vuelto a ver a su persona querida?- Le miró con curiosidad. -No tiene porque responder eso si no quiere, no quiero parecer entrometida.- Bajó la mirada nuevamente avergonzada por hablar de más.

-¿Yo?- De pronto su mirada se tornó algo melancólica, pero no borró su sonrisa para no preocupar al mayor. Balanceó un poco sus pies en lo que ordenaba su corta historia. -Trataré de no aburrirlo mucho, verá, soy de origen Francés y como sabrá, mi país sufrió un ataque durante la guerra.- Respiró profundo y continuó su corto relato. -En ese ataque perdí a mis padres, por lo que quedé al cuidado de mis tíos, pero la economía francesa quedó muy fracturada y mis tíos tienen hijos que mantener, por lo que decidí inscribirme al instituto Wertvolle, ya que da apoyo a las víctimas de la guerra.- Volvió a respirar profundamente para recobrar aliento y terminar con la historia. -Entonces me mudé cerca del instituto con ayuda de mi tío Adrien y por eso ahora estoy aquí, para no darles tanto trabajo y otra boca que alimentar.- Le dedicó una pequeña sonrisa. -Tengo un trabajo estable para mantenerme, el instituto me brinda apoyo y vivo en un agradable lugar.-

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