¿Qué más podría pasar?

Off: quedo increiblemente largo, otro castigo será leer mi extenso post resumen de todo lo que hicieron (?)


Era muy díficil encontrar a los osados que se atrevían a entrar en aquella "Zona prohibida", la palabra prohibida al parecer los atraía aun más que cualquier otro adjetivo que pudiera haber utilizado el director, quizás sustituirlo por "Toxica" hubiera podido contener la curiosidad latente de los jovenes en desarrollo.

Un sistema cerrado de circuitos de camara de seguridad de la más alta tecnología había sido instalado previamente, por lo tanto, cualquier intruso era atrapado en cuestión de segundos. Gracioso. Aquel día estaba aburrido, y pudo ver como, en primer lugar, un chico de aspecto oriental había atravesado la cinta de seguridad. ¡Divertido!, era como una pélicula de terror con distintas etnias participando, además de que el oriental parecía bastante perdido en aquel confuso paraje... Pero se detuvo en uno de los agujeros llenos de cadaveres que tenía el director en aquel "patio trasero". 

Bastante desconcertante a primera vista, pero ya había sido advertido de aquellas cosas y más o menos conocía los motivos del hombre quien pagaba su sueldo. Un nuevo personaje entró en escena, un chico rubio, aparentemente mucho menor que el asiatico, y ambos chocaron cayendo al agujero.

- Hahahaha..- ¡Una dupla formidable!. En otra pantalla vio como dos chicas de cabellos rojizos eran quienes las se colaban a este espacio funebre, no podía identificar mucho de que país podrían ser. - El dia de romper las reglas...-un pequeño comentario de lo que estaba observando, quizás los dejaría indagar un poco y aprovechó de descansar sus ojos por un momento. La alarma sonaría a las 2:00.

Al despertar observó atento los monitores, al menos los lugares que antes tenían sus protagonistas ya no gozaban de ellos, por lo tanto comenzó a cambiar de camaras hasta ver aquella que estaba en el interior del edificio.  - ¡Oh ahí están...! - Algo llamó la atención de su persona, una de las pelirrojas estaba en el suelo y el asiatico tenía lo que parecía ser un brazo roto. ¿Se había perdido la mejor parte de esta pélicula?. - Hahaha ...supongo que ya se divirtieron demasiado...- 

Partió con una linterna y un mapa hacía el lugar de los hechos, aquel edificio antiguo y antes de entrar a su interior, abrió un poco la puerta observando a los chicos en la planta alta del lugar. Al parecer habían entrado a la habitación 102 según el plano, solo tenía que ir y regañarles por romper una de las principales reglas del instituto, pero quería disfrutar un poco del ambiente que el edificio otorgaba.  

Había un enorme arbol con grandes raices en la ventana que daba a la habitación 101, al intentar escalarlo se dio cuenta que posiblemente aquella teoria de que venían del mono era muy acertada, ya que jamas en su vida se había visto tan salvaje, hasta el punto que sin querer rasgó un poco de su uniforme.  Una sala vacia, un mensaje terrible en las paredes. "Krieg" y "hölle", ¿Quien habría sido el trastornado?. La puerta tenía el seguro cerrado, quería decir que se podía abrir, que horrible hubiera sido lo contrario. Podía oir las voces de los jovenes a traves de la puerta. -  Hahaha ...pobres...-   abrió lentamente la puerta y luego se acomodó en la silla de ruedas. La idea era aparecer sobre ella tipo muñeco de Saw, pero el eje de la rueda estaba demasiado viejo y cuando estaba llegando a la puerta se cayó, haciendo un ruido enorme, pero había llamado la atención de los niños por ende se quedo callado, inmovil, como un maniquí, pero movio un poco sus dedos porque el golpe le había dolido bastante.

Sintió unos pasos acercarse, no imaginaba quien podría ser, intentaba no verles para que no lo descubrieran antes de tiempo, y cuando aquella persona estuvo lo suficientemente cerca, comenzó a moverse como algún espectro desarticulado mientras gemía gravemente, y cuando ya estuvo de pie se reincorporó sonriendo. 
 
- Chicos, está prohibido estar acá...temo que necesito sus nombres y grados. -  Miró el brazo del asiatico.

El miedo solo se hacía más presente al parecer entre todos nosotros, con el grito de Kath y al escucharle decirle a Fye que esa puerta estaba cerrada antes, los nervios solo aumentaban, ¿cómo podía ser que ocurriera eso? Aún mantenía la idea que no eramos los únicos, sino que había alguien más...pero ¿Quién? en realidad habían demasiadas preguntas en mi cabeza y pocas respuestas, además que obviamente nadie quería acercarse allí de que se trataba todo realmente.

Escuché a Fye mandar a Okita a que vaya a ver, mi vista se dirigió al japones con algo de preocupación ya que se notaba que el brazo aún le molestaba. Pero no había mucho por hacer, aparte que cada vez la escena se volvía más lúgubre, con ese maniquí que salía sobre esa silla que no paraba de hacer el ruido algo desesperante. 

Avance unos pasos para quedar al lado de Katherine y observar los pasos del japones, por si necesitaba refuerzos u algo así, ya a estas alturas no me sorprendía encontrar nada en este lugar.

-Quizás deberíamos haberle acompañado...-murmuré bajo comentándole a la francesa, pero lo cierto es que si íbamos todos quizás iba hacer peor. Así que hay nos quedamos mirando como Okita avanzaba a lo desconocido, hasta que de pronto ¿el maniquí tomaba vida? no, claro que no era eso, era...¡¿Un inspector?!, escuché que nos pedía los nombres y grados...los nervios comenzaron  a invadirme aún más, no podía estar pasando esto, era una posibilidad encontrar a un cuidador u algo así, pero la verdad es que aunque parecía ser muy negativo todo, ya que seguramente nos regañarían y el profesor Andrei nos pondría un castigo no muy bueno, lo único bueno es que el inspector quizás nos podría ayudar con los de Okita  y su brazo.

-Natalya Vasariah...segundo año - dije bajo "no puede estar pasando esto" pensé, pensar en ir a la detención era bastante malo, nunca había ido, sería la primera vez...¿Qué pasaba si mi tía se enteraba que andaba a esta hora? "Seguramente me mataría" pensé algo asustada, ella daba miedo cuando se enojada. Encima había traído a Kath, la había arrastrado a todo esto, aquello me hacía sentirme responsable, y nos encontraban con un compañero herido y sin camisa, yo aún algo mareada aunque ya era mínimo y Fye, esperaba que no le regañarán tanto. Aún así me estaba adelantando muchos a los hechos, quizás nos perdonaban (?) pero aquello quizás era ilusionarse demasiado, debía asumir las consecuencias de mi curiosidad, lo que realmente lamentaba era lo de mis compañeros.

-Disculpe Katherine-san...esto no debería pasar, es mi culpa - dije algo apenada por ella, la había metido en problemas, pero ya no había más que hacer y aceptar lo que nos dijera.-

-Puede que,  producto de estar intentando descifrar que demonios significaba aquellas palabras no había advertido el movimiento de aquel maniquí, incluso se había adentrado más en la habitación completamente sumido en esos pensamientos que le invadían, claro, sentía el ruido de la madera crujir pero creyó que era alguno de los otros chicos que había decidido acompañarle.
 
Su mano tocó el escrito deslizando sus dedos sobre estas letras y entonces escucho una voz extraña, una que no estaba antes con ellos, volteándose y viendo a aquel hombre allí parado frente a sus ojos. Había que admitir que la sorpresa le asustó bastante haciendo que retrocediera por completo, pero cuando escuchó lo último “Nombre y grado” supo que no había que temer, al menos no por ahora.
 
Había sido atrapado, y sentía que aquella persona estaba mirando su brazo con obsesión. Pudo escuchar a sus compañeros decir uno a uno su curso y grado, incluso escuchó a Fye echarle la culpa a alguien más y luego arrepentirse, pero no quería dar sus datos, no quería que lo castigara y mucho menos aquel horrible hombre .
 
Miró a aquel adulto fijamente, tenía que hacer algo para evitar a como fuera lugar el castigo, pero tampoco quería salvar solo su pellejo. Miraba insistentemente a los demás, ellos, todos parecían notoriamente angustiados por la situación, aunque más las chicas que Fye y lo comprendía completamente, estaba seguro que acabarían realizando el peor de los castigos, y temía que el profesor Andreí lo obligará a hacer algo extraño.-
 
Lo siento mucho…
 
-Murmuró ligeramente bajando el rostro para pedirle disculpas a sus compañeros, no era algo que haría bajo otras circunstancias, y luego se volteo de inmediato corriendo hacia la ventana a pesar de su brazo herido y encaramarse en el marco de esta, tenía planeado saltar hacia el árbol y luego correr, aunque eso significaba perderse nuevamente-(??)

Aquellas dulces expresiones de desconcierto, a pesar de que Gustav no se consideraba una persona que causara aquel tipo de expresión era la única que estaba allí plasmada en el rostro de cada uno de los jóvenes. Afortunadamente aquella chica que antes había visto en el suelo estaba allí de pie y fue la primera en entregar la información que había pedido.
 
Buscó en su ropa. - ¡Oh espera! -  de un bolsillo delantero que tenía ubicado a la altura del pecho en su chaqueta que decía “seguridad”, sacó una libreta pequeña y comenzó a anotar el nombre de la primera chica – Natalya Vasariah, segundo año…¡Okay!-
 
Sus ojos siguieron con la siguiente, la chica que estaba a su lado había continuado, “otro se segundo, ¡wow!”  pensó, quizás aquel profesor no era lo suficientemente estricto con ellas, no había alguna otra lógica para que ambas chicas coincidentemente fueran del mismo grado – Katherine Bublé, segundo también …¿Tu apellido es francés? ¿O me equivoco?...-  Rió un como sin dejar de anotar en aquella libreta -  Bonjour …- Al menos había otra compatriota a su lado.
 
El siguiente fue el chico rubio, el parecía menor que los demás y lo comprobó cuando escuchó su nombre, deteniéndose de inmediato. ¿El era el hijo del director?, eso realmente era una sorpresa, pero no, resultaba que todo había sido una extraña “broma” o intento de liberarse de la responsabilidad por parte de aquel muchacho.  Borró con el bolígrafo aquel nombre equivoco y puso el correcto – Fye D. Flowrite… ¡Muy bien! -
 
Y por ultimo era el asiático, desvió su vista hacia el ya que estaba dentro de la habitación 101, pero no recibió ni una sola palabra de su boca , estuvo en silencio un largo momento esperando que el menor siquiera dijera su nombre, pero al contrario de eso recibió una disculpa  -¿Perdón? -  ladeo la cabeza y después pudo percatarse de la descabellada idea que tenía.  - ¡Hey! ¡Espera! -  dejó caer la libreta y corrió hacia la ventana alcanzando a jalar parte de la camisa para obligarle a que entrara y cerrando de inmediato aquella ventana.
 
  -¿Eres un suicida? Creí que ese era un extraño prejuicio hacia los japoneses…-  Mantuvo su mano sobre el cuello de la camisa de aquel rebelde chico y caminó hacia donde estaban los demás 

-Esta es zona privada del instituto y está prohibido el ingreso de los estudiantes,  lamentablemente ustedes están acá asi que ahora los mataremos y se unirán a la pila de cadáveres- (?) sonrió gentilmente y luego se echó a reir – No es cierto, solo necesito que me entregen todos sus artefactos electrónicos, celulares, cámaras, mp3, grabadora o cualquier otro artefacto, me comunicaré con sus profesores en la brevedad, aunque también debo asegurarme que nadie está gravemente herido, tendrán que venir conmigo al Hospital ..-  

Sin soltar el cuello de la camisa del asiático, comenzó a caminar alumbrado por la linterna mientras extendía su dedo índice para continuar con el sermón – Por favor no se alejen de mi durante el camino de regreso al instituto, y no se debe comentar nada de lo que observaron acá ¿entendido?..-

Miré al inspector como rápidamente empezaba anotar los nombres de  nosotros, aún estaba en una especie de "shock" al no poder creer en la situación tan lamentable que había metido a Kath, sería nuestra primera detención, quizás que nos diría el profesor Andreí...pero mejor no quise seguir pensando en eso y solo asumir lo que se nos venía por delante.

Menos mal que la actitud de Kath fue bastante buena, lejos de mirarme feo o regañarme solo me apoyó, sonreí levemente ante sus palabras, por lo menos ahora estaba más aliviada. Lo que fue algo cómico si pero también extraño fue escuchar a Fye decir otro nombre que no era el suyo aunque luego se retractó, quizás quería salvarse, porque si bien el profesor Joshua era muy amable quizás no podría escaparse del regaño de su padre, solo suspiré rendida, ya no había nada que hacer.

Pero sorpresivamente el japonés se disculpó con nosotros, no entendí muy bien al comienzo pero cuando ya le veía casi saltando por la ventana, mi cara seguramente se tornó sorpresiva y algo aterrada cubriendo con mi mano mi boca para no dejar escapar un grito por la sorpresa. A mi parecer aquella idea fue algo suicida (?) ya que Okita andaba con un brazo vendado y de una caída así obviamente no saldría nada de bueno, menos mal que aquel inspector había alcanzado a agarrarlo para que no se rompiera el otro brazo (?), suspiré aliviada mientras dirigía mi mirada a Kath.

-Parece que estaba dispuesto a todo con tal de no ir a la detención- le comenté bajo mientras veía que el inspector traía al japonés y daba un raro comentario "No todos son así" pensé, en parte tenía descendencia japonesa y pues mi madre nunca hubiera hecho algo así...suponía. 

La rara broma del inspector hizo que una gota resbalará por mi sien, aunque suponía que el rubio solo quería que el ambiente no fuera tan tenso, no se veía una persona tan estricta -Solo traigo mi celular...- dije mientras buscaba en mis bolsillos y sacaba el artefacto para pasárselo al mayor - En realidad ni siquiera tome fotos...y no vi a nadie sacando algo parecido, me preguntó si será tan necesario llevarse nuestras cosas - comenté sincera y con respeto, según a mi visión nadie había sacado foto ni nada - Pero supongo que hay que seguir el protocolo - suspiré mientras miraba si los demás pasarían realmente todo lo que andaban trayendo, lo único que más me preocupo era eso del hospital, mi tía NO podía por NADA del mundo enterarse de esto, pero la prioridad era ver el brazo del japones.

Ya terminado todo, comenzamos a seguir al inspector, escuché atenta sus palabras, no podíamos alejarnos de él, no quería más problemas, pero sentí algo de pena por Okita ya que iba llevado de esa forma como si fuera un delincuente (?).

-¿E-es necesario llevarlo así? Qui-quizas sea peor, pueden caer los dos- pregunté tratando de ayudar a mi compañero de curso, aunque claro, quizás si lo soltaba se trataría de dar a la fuga de nuevo (?) pero si fuera yo, no quería que me tuvieran así - Ah ~ Katherine-san espero que su mamá no se entere de esto...sino no nos dejarán salir más juntas - le dije bajo a mi amiga, mientras seguíamos caminando, solo rogaba que no apareciera ya nada raro, como un ratón ni nada.

El como persona era bastante flexible, lo adjudicaba a su infancia, siempre recordaba la voz de su madre decir "Hay que ser rigido con las obligaciones, flexible con las personas" e intentaba de integrar aquello a su día a día cada vez que pudiera.  Finalmente llegaron al primer piso, el edificio continuaba tan oscuro y la madera seguía chillando al compas de cada uno de sus lentos pasos. 

Aunque tenía aferrado a aquel asiatico de manera perpetua, al parecer la chica peliroja, aquella que estaba junto a aquel asiatico en la grabación parecía bastante perturbada por su trato hacia el, ¿era su pareja? posiblemente si lo era, por eso intento sonreir de manera tenue intentando trasmitir algo de seguridad, pero nuevamente fue abatido por aquella actitud desafiante de aquel muchacho oriental, abriendo sus ojos sorprendido al igual que sus labios, pero consiguio mantener la calma en totalidad murmurando mientras cubría sus labios con el dedo indice de la mano que tenía libre. 

- Es un completo secreto ...-  Guiñó el ojo y soltó el brazo ajeno abriendo las puertas de este edificio -  Las razones son completamente personales, por eso tengo prohibido mencionar algo al respecto.  Pardon ...-  

Acomodo un poco su cabello rubio, el viento estaba soplando con fuerza, de repente el clima apasible había cambiado, debía admitir que el ambiente era completamete funebre. Míró a aquellos chicos que pedían algo de clemencia, entendía que no querían que un tal profesor Andreí se enterara de la situación, frunció ligeramente el ceño deteniendose a pensar.

- Uhm .... podemos acordar un trato ...-  Murmuró,  y luego cruzandose de brazos continuó - Puedo dejar pasar esta vez esta situación, que es de gravedad alta, sin embargo temo que no se salvaran del castigo, pero esto será lo que haremos ....-  miró al asiatico, que hasta el momento se mantenía en silencio, como si fuera un pequeño niño encaprichado -  Primero llevaremos al joven Souji, y la señorita Vasariah al hospital de la ciudad para comprobar que todo este bien y luego podrán irse a sus casas pero ...-  hizo una dramatica pausa cerrando sus azulados ojos -  Tendrán que cooperar la semana con el personal para limpiar los salones de clases ...¿trato? -  

Se volteo hacia donde habían un par de arboles, sacando de su bolsillo un llavero que tenía un pequeño botón, al apretarlo, las luces de un auto de terreno se encendieron.   - Suban, es hora de cumplir...-

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