Química III [Clase terceros]

La clase ya había sido agendada, estaba claro que debía asistir porque era su responsabilidad como alumna de tercer año, después de todo pronto saldrían del instituto y sería hora de pensar en su futuro.
 
Mientras subía las escaleras iba acomodándose su delantal blanco, ¿había leído bien?, ¿era en el laboratorio de química?, entonces lo más probable era que realizaran algún tipo de experimento, o al menos eso esperaba con ansias, los experimentos eran la parte más divertida de la química después de todo.
 
Vio que la puerta estaba abierta, seguramente el maestro ya estaría adentro, y claro, le daba algo de pena ser la primera en llegar y estar a solas con él, pero sin embargo, pese a ese sentimiento extraño, entró de todas maneras al salón.
 
-Buenos días profesor Buchholz –
 
Saludó sonriendo ligeramente mientras se tomaba el cabello en una cola de caballo, era bien entendido que esa era una de las principales reglas para el ingreso del laboratorio.  Se sentó en uno de los mesones, y sacó su cuaderno.
 
-¿Qué haremos el día de hoy? –

Se pudo dar cuenta que el profesor estaba bebiendo café desde un vaso precipitado y aquello le generó una espontanea risita. Sí, realmente aquel hombre amaba la química.

Venirse en el autobús era complicado cuando lo hacía con su hermano,  era bastante común que este llamara bastante la atención de personas de otros institutos o escuelas, eso hacía que las miradas estuvieran todas encima de ambos, claro, podía oír claramente los comentarios; “Mira, son gemelos”, “Pero no lucen tan parecidos”, “¿de verdad serán gemelos?”, “De todas formas todos los chinos son iguales”, los comentarios no eran muy descabellados, pero sentía que estaban fuera de todo contexto, y lugar, y evidentemente, solía sentirse un poco ofendido.
 
Al llegar al instituto, vio como su hermano se detuvo para ir a otro sitio, volteándose en el acto mientras lo seguía con la mira – Aniki…. ¿A dónde vas?...- dijo de manera suave y en un tono bajo, pero entendió que debía seguir su camino, después de todo era tiempo de ir a clases.
 
Tocaba química, era una de sus clases favoritas, así que mientras subía las escaleras, una ligera sonrisa se dibujaba en sus labios. Antes de entrar al salón notó que el profesor y Alessa san ya estaban allí, no esperaba más de la presidenta estudiantil. Se quitó su mochila dejándola en  el suelo, y luego se inclinó junto a ella, sacó el delantal blanco, y luego cerró su mochila, tenía que ponérselo antes de entrar al laboratorio.
 
Cuando ya lo tuvo puesto, se puso de pie, e ingreso –Buenos días profesor…- cerró los ojos haciendo una leve reverencia, y después se sentó al lado de la chica de cabello ondulado, sonriendo levemente – B-buenos días Alessa san…- susurró sonrojándose con levedad, aun le daba algo de vergüenza hablar con ella, a pesar de que ambos eran miembros del consejo estudiantil.

Estaba llegando ligeramente atrasado, ¿Por qué Alessa no lo había despertado?, tenía la mala suerte que quien era, claro que lo era, su novia, en realidad no hacía muchas de las cosas que se suponía que debía hacer una novia, a veces era demasiado fría con su persona, esperaba aunque fuera un poco algún gesto amable.
 
Mientras venía en la limusina, su pierna estaba envuelta en un ritmo repetitivo solo por la idea de llegar atrasado, lo estaba haciendo, si lo estaba pero tenía fe en que aun podía quedar presente en la lista, ¿no es así?  La limusina se estacionó, bajó de golpe y corrió lo que más pudo hacia el segundo piso, tenía que ir al salón, ¿o era en los laboratorios?
 
-¿Por qué tengo pésima memoria?! - Gimió con desgano, y corrió en primer lugar al salón de clases, este estaba vacío por completo, miró de reojo los baños  “No puedo caer en esto de nuevo”, y luego corrió hacia los laboratorios, debía llegar al de química, había de hecho uno abierto.

-¡PERDON! ¿He llegado dentro de la hora, verdad? – dijo con entusiasmo mientras entraba al salón. No lo pensó mucho, solo quería sentarse al lado de Alessa pero entonces había un enorme chico moreno bloqueando el paso  “¿Y este?” pensó mientras su ceja tenía un caricaturizado tic nervioso.  Se sentó al lado de él,  aunque tenía celos iba a aguantarlos, pero se quedo en silencio mientras esperaba que el maestro terminara su taza de café y comenzara la clase…

**Estaba tranquilamente degustando aquel vaso precipitado de café, en lo que la hermosa presidenta del consejo estudiantil entro con la gracia que solo a ella caracterizaba. Sonrió levemente haciendo un ademán con su cabeza solo para saludarla, mientras que mantenía aquel vaso sobre sus labios, saboreando en su lengua el sabor del café.
 
-Buenos días, disculpe…ya acabo…He he-
 
Soltó una risita, y continuó bebiendo en lo que de a poco iban llegando lentamente los alumnos, cada uno a su propio ritmo.  Escuchó la pregunta de la chica, observando la guía que tenía a su lado a pesar que sabía exactamente lo que debía pasar de acuerdo al programa de asignatura que se le entregaba a cada docente.
 
-Unidad número uno;  relación de la química y la física. El estado sólido, básicamente vamos a abarcar varios conceptos, la unidad se dividirá en dos partes, y este día veremos la parte numero uno…. ¡Ah buenos días! –
 
Sus palabras se interrumpieron con el saludo al chico asiático,  y luego continuo bebiendo su café mientras observaba atentamente a ambos muchachos interactuar, sin duda tenía que terminar rápido su café y comenzar con la clase, aunque hubiera un numero diminuto de alumnos.  Se puso de pie y en cuanto lo hizo, un chico de cabello rubio había irrumpido de manera dramática en el salón, y por lo que escuchó decir, parecía que era perteneciente a esta clase.
 
-Huh…Uh….AH, sí claro…por favor toma asiento, pronto comenzaremos…-
 
Bebió lo que quedó de café, dejó el vaso precipitado sobre el lavabo, y luego se giró frente a los alumnos, tomando la pizarra con ruedas para acercarlas al mesón donde estaban sentados los chicos, eran pocos, podrían controlarse muy bien.
 
-Bueno, el día de hoy vamos a hablar sobre los sólidos en general, ¿Okay?.. ¿Qué vamos a entender por sólidos?, pues es el estado de la materia que se caracteriza porque los Átomos que la constituyen están extremadamente unidos uno con otro y presentan una fuerza de cohesión tremenda, que reduce la vibración dando como resultado una estructura rígida y estable. Ahora, vamos a dividir los sólidos en dos, sólidos cristalinos y sólidos amorfos.-
 
Se acercó a la pizarra y escribió esto último, haciendo un cuadro comparativo de los conceptos para que los alumnos fueran capaces de diferenciarlos con facilidad.
 
-Los sólidos cristalinos mirados desde un punto de vista más macroscópicamente, se caracterizan por los iones, átomos o moléculas que lo componen tiene una disposición en forma de red de largo alcance, y se forma una estructura ordenada y bien definida, en cambio los sólidos amorfos no tienen un orden a largo alcance  ¿está bien?...-
 
Miró a los alumnos, no quería que ninguno de ellos quedara con alguna duda en la cabeza, era fundamental que conocieran bastante bien los conceptos antes de ir de lleno con el experimento, ¿Por qué?, porque la diferenciación de los conceptos iban a significar el éxito o el fracaso de la guía de ejercicios.**

Habían llegado pocos alumnos, y podía apostar que el ultimo que llegó ahora mismo lo miraba feo, ¿Por qué?, observó de reojo a Alessa y luego pensó que probablemente el chico estaba enamorado de ella,  por lo tanto ser el objeto de caos entre ambos lo avergonzó un poco y sus mejillas suavemente se hicieron rojas, solo esperaba que pronto comenzara la clase porque por lo pronto se estaba sintiendo demasiado incomodo.
 
El profesor no tardó en comprender telepáticamente (?) sus plegarias, y rápidamente le puso inicio a la clase, por lo tanto sacó su cuaderno y presto bastante atención , mientras anotaba en su cuaderno las palabras del profesor tan rápido como podía, aunque luego se sintió verdaderamente estúpido porque aquel profesor escribió todo lo dicho en la pizarra que había allí.
 
-Sólidos cristalinos…-  Murmuró mientras ordenadamente utilizando una regla para hacer el cuadro comparativo en su propio cuaderno, y luego volvió a mirar al maestro para oír su explicación en lo que asentía con la cabeza, de alguna forma lo había entendido todo bastante bien, era un buen profesor.