El aroma de las dulces flores (Libre)

por **Mimi Flovel** Vie Mayo 22, 2015 6:37 pm

El día de clases. Estaba nerviosa como siempre, no sabía cómo podrían reaccionar sus compañeros, y cuando su Tía la dejó en la entrada pudo sentir las miradas pegadas en su persona, miradas que hacían que su estomago se contrajera con violencia, ¿Por qué eran todos tan desagradables?
La silla de ruedas era eléctrica, por lo tanto podría ser completamente independiente, aun así lamentó tanto ver desde la lejanía a su Tía, si, aquella persona que la había adoptado cariñosamente, sacudir su mano en lo que se despedía.

Las clases aun no comenzaban, así que buscando escapar de las miradas furtivas de sus compañeros de institución, avanzó hacia los jardines traseros aumentando la velocidad con la que se movía su silla de ruedas, lo único que pensaba era que quería estar lejos, lo más lejos de ellos; “¡Dejen de mirarme! ¡No soy un fenómeno! ¡También soy un ser humano como ustedes! “pensaba constantemente mientras cerraba los ojos, pero solo este gesto hizo que no viera por donde iba conduciendo, y choco irremediablemente contra una pequeña piedra la cual la hizo directamente sobre el pasto.

-¡AH! …-

Exclamó, mientras se intentaba reincorporar en el suelo, sus piernas se habían vuelto aun más rígidas por el golpe. –D-duele….- murmuró mientras miraba por encima de su hombro la silla de ruedas que yacía estática frente a su persona - ¡Que tonta! -

por Invitado Sáb Mayo 23, 2015 6:45 am

Hoy era el gran día, Will tendría su primera clase y estaba bastante emocionado. Se levanto temprano, desayunó y se dio una ducha. Su emoción era tanta que no esperó siquiera a que su largo y dorado cabello secara bien y con tal de llegar temprano a la escuela lo llevó sin atadura ninguna, ya se lo podría arreglar en la escuela.

Al llegar a la escuela vio a muy pocas personas, por lo que caminó un poco. Recorrió los pasillos, salones vacíos y laboratorios, todo era muy diferente a lo que imaginaba que sería y eso le emocionaba aún más. Al final terminó en el patio, donde lo primero que admiró eran los jardines. -que bonitos son, ojala papá pudiera verlos- pensó en voz alta cuando entonces un pequeño grito lo puso alerta y su mirada buscó la fuente por todos lados.

Una silla de ruedas fue lo que vio, y en cuanto se acercó observó a una chica de larga cabellera, casi tanto como la de él, pero ondulada y castaña. Sin preguntarle siquiera, Will acomodó la silla de ruedas y después tomó a la chica en sus brazos levantándola del suelo. -bien ahora como hago esto...- susurró para si mismo mientras repetidas veces intentó a a chica a que se sentara en lo que suponía era su silla. Después de como 4 intentos lo logró y le sonrió relajado mientras se acomodaba los mechones de cabello que le estorbaban en la cara. -Mucho mejor, ¿estas bien?- Preguntó mientras observaba los ojos violetas de la chica, eran casi del mismo color que los suyos.

por **Mimi Flovel** Dom Mayo 24, 2015 11:00 pm

De repente, en lo que intentaba arrastrarse para volver a su silla, observó a alguien acercándose, giró rápidamente su cabeza evitando el contacto visual, evidentemente porque imaginaba que era vista en menos por todos, pero algo que jamás esperó ocurrió, sin mayor explicación fue elevada del suelo, aferrándose de inmediato del cuello de quien ahora la tenía en brazos, podía notarlo, era un chico, pero aun así su cabello era tan largo y rubio. – Ah-ah…- incapaz de decir algo debido a la sorpresa, solo dejó que el muchacho hiciera lo suyo aun estática de lo que estaba sucediendo, y cuando ya se vio sentada solo fue capaz de parpadear un par de veces.

-¿Q-quien eres? - Fue lo primero que salió de su boca, su mirada iba ascendente hacia el muchacho erguido, y ante esto, rápidamente la desvió hacia otro lado entrecerrando sus ojos entre la indignación y la vergüenza, aunque por dentro estaba demasiado agradecida, había sido muy amable – S-si estoy bien…- “pasa todo el tiempo” pensó, pero no quería sonar como una persona torpe, en realidad no lo era, pero el piso no estaba adaptado correctamente siempre.

-T-tu acento no es alemán …- Fue lo primero en lo que se percató , era otro acento, quizás de base más latina, no germánica, ¿Italiano?, ¿Francés?, quizás hasta español, no estaba segura, solo esperaba que no fuera la primera opción, alguien tan amable no podía ser un cerdo fascista (?)

por Invitado Mar Mayo 26, 2015 1:45 am

Will no pudo mantener contacto visual durante mucho tiempo pues pronto la chica desvió su rostro y aquellas perlas violetas desaparecieron de su vista. La chica le cuestionó su nombre casi de inmediato, a lo cual es se sintió algo avergonzado y confundido: ¿tendría que haberse presentado antes de haberla ayudado?

-Soy...- fue interrumpido, pues de nuevo aquella señorita diría algo que lo confundiría bastante. ¿Como puede saber ella que su acento no es aleman? Probablemente se traba de alguien que había viajado mucho por el mundo y le era imposible recordar tantos acentos. En su cara de formó una sonrisa emocionado mientras seguía de pie frente a ella.

-Mi nombre es Will Dunois (se pronuncia Dunoa), soy fránces mucho gusto, ¿cómo te llamas tu?- Preguntó igual algo emocionado, seguro sería interesante ser amigo de una persona culta y que había viajado mucho. Sin embargo otra cosa que le llamaba inevitablemente la atención era que aquella joven parecia transportarse en silla de ruedas. -la habrá empujado alguien?...- Pensó en voz baja sin querer mientras observaba la silla, no parecía haberse dañado.

por **Mimi Flovel** Lun Jun 01, 2015 11:30 pm

Su atención estaba completamente enfocada a eso, su nombre y su nacionalidad, sin querer notarlo presionó un poco su vestido por la ansiedad, pero al oírle hablar y recibir aquella respuesta pudo relajar por completo sus manos y todo su cuerpo, el no era parte de los enemigos. Cerró los ojos, ahora estaba más serena y dejo que su voz escapara por sus labios suavemente – Mimi….- murmuró, y luego reincorporó el habla – Mimi Flovel de suiza, un gusto- Su mirada nuevamente fue hacia él, mirando hacia arriba, la sensación más horrible que podía tener, siempre tenía que observar a todos desde arriba, y por lo que se dio cuenta, el chico observaba directamente hacia su ayuda técnica, la silla de ruedas.

-Parálisis Diplejica espástica…- sentenció con ahínco - daño severo en el área motora del cerebro – acomodó un poco su cabello, y desvió el rostro hacia un lado, quizás estaba siendo algo ruda, no lo sabía, estaba demasiado acostumbrada a la curiosidad ajena, y no los culpaba, no era precisamente algo común en una persona joven. – Ah hum…- sacó de un bolsillo de su camisa un papel que decía “Segundo año “y extendió el brazo hacia el chico ladeando un poco la cabeza – Necesito ayuda para llegar a los salones… ¿P-podrías….? …- dudó un poco y luego, nuevamente escapando de la mirada ajena retomaría el hablar – Si no puedes no importa…-

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